'Spiderman francés' escala un rascacielos de Hong Kong para enviar un mensaje de paz
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'Spiderman francés' escala un rascacielos de Hong Kong para enviar un mensaje de paz
El conocido escalador Alain Robert, apodado el 'Spiderman francés', subió este viernes a un rascacielos del centro financiero de Hong Kong y desplegó una "pancarta de paz" en un contexto de complejos e históricos disturbios políticos en esa región, que oficialmente pertenece a China.
Robert, de 57 años, famoso por sus ascensos no autorizados a edificios altos, escaló el Centro Cheung Kong, de 68 pisos, y durante la subida desplegó una pancarta con las banderas de Hong Kong y China y dos manos que se estrechan.
Como suele hacer siempre, el hombre trepó sin cuerdas ni arneces y tardó una hora para llegar a la cima, donde fue detenido.
Antes de subir, Robert había emitido un comunicado declarando que el mensaje de esta escalada era hacer "un llamamiento urgente por la paz y la consulta entre el pueblo de Hong Kong y su gobierno", informó la agencia AFP.
This flag shows how ignorant and stupid for some westerns understanding of Hong Kong and China.
stop normalising Beijing ok? Do u really want shake hands with butchers and dictators.
'Spiderman' scales Hong Kong skyscraper, unfurls 'peace' banner.
pic.twitter.com/rAUdkALpB1— ??? Badiucao (@badiucao) August 16, 2019
"Quizás lo que hago pueda bajar la temperatura y sacar una sonrisa. Al menos esa es mi esperanza", dijo Robert en su mensaje a la prensa.
Pero no puede decirse que haya logrado su objetivo del todo. En medio de la crispación que vive Hong Kong por estos días el mensaje de paz y estrechamiento de manos no fue muy bien recibido por los más implicados políticamente.
"Esta bandera muestra cuan ignorante y estúpida es la comprensión de muchos occidentales sobre Hong Kong y China" tuiteó el artista disidente chino Badiucao, con sede en Australia. “Basta de normalizar a Pekín, ¿ok?¿Realmente quieres estrechar la mano de carniceros y dictadores?", añadió.
En las últimas diez semanas, Hong Kong se ha visto inmersa en una ola de protestas que a menudo han llegado a ser violentas. Todo comenzó cuando activistas y opositores salieron a las calles para pronunciarse en contra de un plan que permitía la extradición a China y que se anticipaba que serviría para castigar a disidentes políticos. Pero poco a poco se fueron sumando sectores a las protestas, que se han ido convirtiendo en un llamado mucho más amplio a favor de la democracia.
El movimiento representa el mayor desafío para la autoridad de Pekín desde que la ciudad fue devuelta a China por los británicos, en 1997, en virtud de un acuerdo que le permitió mantener las libertades que muchos hongkoneses sienten que están siendo erosionadas en la actualidad.