Sosiego priísta
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Sosiego priísta
Es un tema recurrente hablar del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y su parsimonia preparatoria en busca de estrategias para la contienda del próximo 7 de junio para reemplazar al actual Congreso, cuyas elecciones intermedias son muy importantes, pues es el tiempo de que los enemigos cobren facturas aprovechando que el porcentaje de votantes abarca más o menos un 40 por ciento de padrón electoral.
La cúpula priísta nacional cuya presencia, a veces, interfiere en las labores que su partido, necesita enfrentar que hasta la fecha no ha demostrado tener la fuerza para oxigenarlo, cuya ciudadanía se ha visto mermada por el halo que lo envuelve por haber posesionado a elementos que se han valido de sus posiciones para medrar en contra de los ciudadanos que creyendo en ellos votaron para que ocuparan la línea de mando en diferentes niveles de gobierno.
Considerando esos argumentos el PRI para escoger a los que contenderán, debe dejar aparte el amiguismo y postular a verdaderos candidatos ganadores identificados con los electores que afirmen que la unidad partidista es el valor político que le da vida al partido, y que sin él ninguno de los otros valores, anhelos, ideales y compromisos históricos son viables, como diría hace años Genaro Borrego Presidente Nacional de ese partido.
Desgraciadamente se sigue utilizando el viejo sistema de elegir a los presuntos, como antiguamente se hacía, privilegiando a los compadres, a amigos como en la época en el que el partido gozaba de una hegemonía que mantuvo durante muchos años, hasta que el pueblo se hartó de candidatos a modo del Ejecutivo que aprobaban iniciativas aunque fueran amañadas, y muy remotamente una normatividad que beneficiaba a la ciudadanía cuyo lenguaje legislativo era tan pobre que compañeros de su bancada que representaban en algunas ocasiones la totalidad del Congreso, daban el visto bueno a las leyes que enviaba el gobernador.
Hoy en día las cosas han cambiado, y se empieza a percibir, para bien, que los partidos intentan enviar a la línea de fuego a candidatos que realmente sean competentes, de manera que el Congreso sea un cuerpo de legisladores que le den decoro, a fin de que consecuentemente velen por el bien de la ciudadanía aprobando leyes emanadas de verdaderos conocedores de la función parlamentaria.
Previamente a la selección de los candidatos debe haber unidad para tal propósito, por lo que es necesario exista cohesión entre todos los miembros del partido, y que su logro debe ser una exigencia la voluntad, además de que no sea ajena a la realidad que políticamente se está dando, en el sentido de que los miembros partidistas han ocupado puestos de los que se han servido, por lo que la ciudadanía los ha visto con recelo y optan por inclinarse a favorecer a contendientes de otros partidos.
Déjese de lado la voluntad superior que siempre ha existido en el partido, pues eso significa desconocer la democracia interna que es la que debe prevalecer.
Si el PRI quiere ganar lugares dentro de los gobiernos, debe redoblar esfuerzos y proponer candidatos que estén realmente identificados con los anhelos del pueblo, e insistir en que la unidad partidista debe ser básica para elegir a los que jugarán en las elecciones y dejar de lado las imposiciones que no han dado resultado, pues que confianza se puede tener en personas que por conveniencia personal cambian de partido sin importarles la ideología que antes defendían.
Antes de la selección debe crearse un ambiente de confianza, además ofrecer una capacitación política eficaz, con divulgación ideológica seria, exenta de demagogia, con programas de acción realistas auscultado la voluntad popular.
La propaganda en los medios es un factor determinante, pues ésta debe penetrar en las audiencias con llamados a lo que propone el partido, con pronunciamientos de que los candidatos efectivamente lucharán por las aspiraciones del pueblo, y no con mensajes que nadie entiende, como los que pronuncia el presidente nacional del PRI .
Los mensajes deben llevar certeza de que las acciones de sus miembros, ya en la vida pública, les darán certidumbre de crecimiento en la calidad de vida de las comunidades.
Lo demás son patrañas.
Se lo digo EN SERIO.
franciscoaguirreperales@gmail.com
@aguirreperalesf