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Sorprende Alberto Ruy Sánchez con “Los sueños de la serpiente”
Alberto Ruy Sánchez (México, 1951), designado hace unos días radiante Premio Nacional de Artes y Ciencias 2017, en el campo de la Lingüística y Literatura, promueve su reciente obra, “Los sueños de la serpiente”, donde una especie de canto poseído retumbaba en la cabeza del protagonista, insistente y escalofriante, como el viento de invierno entre los árboles.
Para recuperar la memoria, ese hombre centenario, encerrado en un psiquiátrico, dibuja y escribe sobre los muros de su celda los recuerdos que va recuperando.
Esto lo lanza a una aventura por las ilusiones y desilusiones de su siglo, y a descubrir las múltiples vidas que lo habitan. Tiene que inventar a sus ancestros y dejar que destile la verdad más profunda. Es decir, tiene que inventarse a sí mismo.
Eso, a partir de unos cuantos jirones de recuerdos o delirios. Su misterio se va aclarando con sobresaltos, silencios y desbordamientos: aparentemente es un mexicano emigrado a Estados Unidos, convertido en trabajador automotriz; enamorado frustrado de la mujer que sería seducida utilitariamente por el asesino de León Trotsky. Emigrado de nuevo a la Unión Soviética, se vuelve obrero.
Trabaja en la planta armadora que Henry Ford le vendió a Stalin para crear una utópica Detroit soviética. Fue tutor de inglés de Sergo Beria, hijo del jefe de la Policía Secreta, de la que fue más de una vez peón y víctima.
Finalmente es el calígrafo y constructor de este peculiar laberinto. En el centenario de la Revolución Soviética, su testimonio es cámara de ecos, tan entusiastas como adoloridos.
Su catatonia y su despertar son los del siglo… y no han terminado, escribió Alberto Ruy Sánchez, autor también de otros libros como “Quinteto de Mogador”, “Luz del colibrí” y “Elogio del insomnio”. Autor de largo aliento, ha ganado los premios Xavier Villaurrutia; San Petersburgo Lee, en Rusia; de Poesía Festival de Lugano, Suiza, y el Oficial de la Orden de las Artes y de las Letras, en Francia.
Ruy Sánchez estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana; un posgrado en la Universidad Jussieu, en París; Filosofía, en la Universidad de Vincennes, y Literatura en la Escuela de Altos Estudios de París. Ha sido ampliamente elogiado por autores gloriosos como Octavio Paz y Juan Goytisolo.
El primero señaló en su época que “en su prosa nítida y rápida, relata historias complejas en las que la psicología individual se mezcla a la política colectiva, la literatura a la pasión por la justicia, la introspección del solitario a la sed de fraternidad, la duda a la creencia. Duelo entre la fe, que es amor a nuestros ídolos y a nuestros correligionarios, y el difícil amor a la verdad; no se limita a relatar: Examina y desentraña”.
El segundo dejó ver que aprecia en los libros de Ruy Sánchez “la búsqueda de la forma necesaria para cada historia que cuenta. Es algo excepcional en tiempos donde se cultiva lo contrario y eso hace de él un escritor extramuros. De sus relatos y ensayos hablamos con Susan Sontag, con Luce López Baralt y Severo Sarduy, y con Octavio Paz, y todos coincidimos en esa apasionada singularidad”.