Ha sido una buena semana del presidente Enrique Peña Nieto. Ya sé, ya sé, a quién le interesaría seguir leyendo una columna que empieza con esa frase; trataré de justificarla. Efectivamente no ha sido buena en casi nada, el dólar a 19.15 –por eso de la política exterior y los mercados internacionales, que no se culpe al Gobierno Federal, al menos es lo que nos dicen–; Nochixtlán tiene a un estado en vilo, la Secretaría de Gobernación declara que gracias al diálogo tiene “un buen sabor de boca”, mientras la CNTE –Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación–  dice que el punto uno de sus exigencias es la abrogación de la reforma educativa –así no van a llegar a nada–; también está la tragedia del informe de Amnistía Internacional titulado “Sobrevivir a la muerte”, en él se denuncia que de 100 mujeres encarceladas en 11 prisiones federales en México, 33 fueron violadas y todas torturadas psicológica y verbalmente; 97 recibieron violencia física y 72 sexual, es una barbaridad. Se acumulan las tragedias semana a semana, sin embargo, hay una buena noticia (después de escribir este resumen me estoy arrepintiendo).

No piense lector que es una buena noticia en materia educativa, económica o social, no, es un paso adelante en materia de comunicación. Está bien, me arrepiento de llamar a esto “buena semana”, si acaso es una buena idea, hasta ahí, démosle la dimensión que merece el uso de redes sociales para comunicar. 

El Gobierno Federal ha tenido la buena idea de subirse a una conversación distinta. Acostumbrados al comunicado acartonado y a las declaraciones políticamente correctas, esta semana el equipo de comunicación digital de la oficina presidencial ha decidido mostrar una cara distinta de la visita de Enrique Peña Nieto a Canadá. Snapchat –red social de publicaciones con caducidad de 24 horas–  es utilizado cada vez mejor: muestran el detrás de cámaras de cada encuentro, da a los seguidores acceso a reuniones con mandatarios de otros países y también aporta conocimiento de la agenda del Presidente en sus giras. Otro elemento a resaltar fue la realización del ejercicio matutino del Presidente. Enrique Peña Nieto salió a correr en Ottawa y fue documentado con un video que compartieron a través de todas sus cuentas. No es nada relevante, no cambiará el rumbo del País, no resuelve ningún problema, pero abre una ventana interesante de comunicación que los tres primeros años estuvo ausente. En columnas previas he aplaudido lo que hace el equipo de Barack Obama y de la Casa Blanca, maestros del uso de redes sociales. No siempre tienen que comunicar algo relevante, simplemente abren un canal distinto de conversación y por fin está sucediendo en el gobierno mexicano. 

Una buena idea en un mar de tragedias, es una banalidad, sí; esperemos que no se trate sólo de una ocurrencia por una visita al extranjero. Es interesante conocer la rutina, la vida cotidiana de un Presidente con una aprobación del 30 por ciento (encuesta Reforma abril 2016).

(Por cierto, el video que circula de la foto oficial del encuentro con Justin Trudeau y Obama, nada tiene que ver con el uso de redes sociales; eso fue un momento de humor involuntario, supongo de nerviosismo presidencial. Ese apretón desafortunado de manos y el regreso en las escaleras da material para risas un buen rato).

“Tierra de Cárteles” (“Cartel land”) se estrena en México este viernes 3 de julio, documento necesario de una zona de guerra, es un revelador trabajo que expone con todas sus letras la derrota del gobierno de Enrique Peña Nieto en Michoacán. No entiendes cómo viven las instituciones y cómo puede regresar alguna vez la normalidad a ciertas regiones del estado. Aquí el documental de un fracaso.