ESTIMADA ANA:

Tengo una relación con un hombre “casi perfecto”. Si no fuera porque es casado no estaría escribiéndole en este momento.

Ya son más de siete años juntos, salimos a escondidas, pero disfrutamos tanto nuestras “escapadas”, cenas, encuentros románticos y todo la verdad es muy bonito, enriquecedor y estimulante, algo realmente de ensueño.

Ambos disfrutamos mucho el uno del otro, nos admiramos como personas y como profesionistas y sobre todo nos complementamos, cosa que no tienen muchos matrimonios hoy en día, esa complicidad única que nos hace amarnos cada día más. 

Pero como todo en la vida, siempre hay un “pero”, un prietito en el arroz, como quien dice. Él no quiere que sus niños sufran al ver que se está separando de su mamá y no quiere hacerle daño a su mujer, en conclusión, no quiere separarse de ellos. Yo le digo que a eso se le llama cobardía, que tiene miedo a enfrentarse a ella y se niega a aceptar su felicidad a mi lado.

Pensar en todo esto a veces me provoca ansiedad y algunas adicciones. Hay días enteros que me la paso fumando y tomando café, luego me quedo dormida durante varias horas y solo  pienso en comer, no rindo al cien por ciento en mi trabajo y descuido mi apariencia porque no se me apetece ni siquiera bañarme.

Yo lo quiero a mi lado y me niego a aceptar que él siga con su esposa, cuando perfectamente sé que no la quiere y que sigue a su lado por no hacer sufrir a sus hijos.

Aparento estar y sentirme bien, pero por dentro me siento mal, estoy triste, deprimida y con ganas de llorar. Solo cuando estoy a su lado me siento feliz, no quiero que se vaya y las horas se me hacen eternas hasta que nos vemos otra vez.

Nunca he estado casada, él ha sido siempre el amor de mi vida, fue amor a primera vista y sé que un día estaremos juntos sin temor a nada ni a nadie, pero mientras ese día llega, yo sufro demasiado.

Estoy cansada de seguir siendo “la otra”, harta de disfrutar solo algunas horas del día y no las 24 horas, que no podamos salir libremente frente al mundo, sin miedo a que nos vean y ser juzgados. Cansada de aceptar y tener que conformarme con eso, cuando sé que tengo derecho a ser plenamente feliz y dichosa, como cualquier mujer en esta vida. 

    NANCY
 

ESTIMADA NANCY:
Si estás cansada de seguir siendo “la otra”, simplemente, deja de serlo. Ninguna relación en la que hay estrés, ansiedad, depresión o tristeza, que además es secreta, a escondidas de los demás y hay una familia de por medio, es una relación perfecta.

Ya lo comprobaste durante tantos años, él no dejará a su familia, por los motivos que sean pero sigue con su esposa e hijos. ¿Crees que vale la pena continuar? Ahora tienes que pensar en ti, dejar de lado por un momento ese amor que le tienes y comenzar a quererte a ti.

Piensa en tu bienestar, reconoce que estás engañando a ti misma, tratando de convencerte que llegará el día en que él dejará a su familia para estar contigo, pero si así fuera, ya lo hubiera hecho.

Solamente tú eres quien puede cambiar esta situación. Cuando entiendas que tú y nadie más, es lo mas importante de tu vida, empezaras a buscar un cambio. Y claro que tienes derecho a ser feliz y a tener la relación que tú quieres tener, pero debes de estar convencida que una relación de este tipo solo te seguirá provocando dolores de cabeza y por más que lo intentes, no podrás ser plenamente feliz.
 
         ANA