¿Solo prohibir o legalizar?

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¿Solo prohibir o legalizar?

Forbidden, se dice en Chicago o New York.

Si vas a Roma oirás: Vietato. y en muchos rótulos de Munich leerás: Verboten. Acá solo decimos y escribimos “Prohibido”.

Es lo que no se vale. Lo que no está permitido. Lo que se considera ilícito. Es decir fuera de la ley. Es también lo que no solo no está legalizado sino está sancionado por la ley.  Bajo un rótulo de “prohibido fumar” echaban humo por boca y nariz dos obreros y pasó el patrón. Sacó su cigarrera de plata y le dio a cada uno un cigarrillo. “Apaguen esos”, les dijo, “y estos fúmenlos pero allá afuera”.

Si haces lo prohibido te multan o te encierran. ¿Prohibido fumar tabaco? No. Solo se ha subido el precio y las cajetillas advierten que el humo es cancerígeno. Y fumar la cannavis sativa? Es la mari, guana o huana a la que coloquialmente se le llama mota. Su origen es asiático. Tiene propiedades psicoactivas. En la Amazonia se usa tradicionalmente agregándola en alcohol y aplicándola en el cuerpo para curar dolores reumáticos. 

Se permite portar cinco gramos para consumo personal que llaman recreativo o lúdico. Y se pide ya que sean 35.  El siguiente paso es la regulación del cultivo y el consumo personal de la hierba estupefaciente. Ya en Uruguay se permiten hasta nueve plantas. Se quiere terminar con el paradigma punitivo y se habla de descriminalización  y despenalización. Se intenta llegar a una “regulación equilibrada” que garantice las libertades y los derechos de los ciudadanos, protegiendo -a la misma vez- la salud y la seguridad de los mismos en la sociedad.

El equilibrio deseado es disminuir el consumo y debilitar la acción del tráfico de enervantes. Salud pública y debilitamiento del mercado subrepticio. En países como Holanda se vende la droga en tiendas equivalentes a las cantinas en que se vende alcohol.

Ciertamente la regulación inteligente, lúcida y sensata, abierta a constantes rectificaciones y mejoras, puede evitar muchos males actuales en que todo se mueve en clandestinidad. Pero requiere, simultáneamente, una cuantiosa inversión en procedimientos de motivación y educación para que la adicción viciosa no deteriore la salud integral de la población de jóvenes y adultos. Ya hay experiencias en la Unión de Estados con la legalización del alcohol perniciosísimo.Su regulación que acabó con trasiegos y asesinatos y en Portugal, con la regulación de la misma mariguana estupefaciente, al disminuir notablemente su consumo. ¿Promulgar y modificar leyes funcionará en un país de reyes? ¿“Sigo siendo el rey” seguirá siendo el menosprecio de toda legalidad?...