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Socavón, perno y basurero
No, no se trata de una nueva porra ni de una nueva versión de la lotería mexicana (aunque al final de esta columna pudiéramos ver que no es tan mala idea). Se trata de imágenes aleatorias que capturaron mi atención en los últimos días y que muy bien pudieran servirnos de base para entender lo que ha pasado y pasa en México, con o sin la 4T. Por un lado, la gravedad de las cosas y su significado; por el otro, la forma en la que sólo se necesitan minutos para que una noticia que parece mala se convierta en memes, chistes y burlas de todos tamaños y gustos.
En días recientes empezaron a circular imágenes de un socavón que apareció en un municipio de Puebla y que rápidamente creció para alcanzar más de 100 metros de diámetro y una profundidad mayor a 50 metros. La buena noticia es que apareció en un área poco poblada; la mala es que aun así hay familias afectadas. Sin embargo, lo más relevante no fue la destrucción de la casa de la familia Sánchez, sino que ya el socavón tiene un corrido, que se rescató a dos perros que cayeron al socavón y que la panadería “Don Lucho” en la zona de Zacatepec inventó el “pan de socavón” que tiene forma de socavón, está relleno de helado y contiene dos figuras de perros. Como una gran parte de las cosas que suceden en nuestro País, nadie sabe a ciencia cierta qué provocó el socavón. Se habla de fallas geológicas, de las lluvias en la zona, la extracción de agua y seguro se seguirán agregando hipótesis de más o menos seriedad. Después de todo, el socavón sucede en el mismo estado donde ocurrió aquel accidente de helicóptero en 2018 y del cual no se conocen las causas. Nos acostumbramos a accidentes o eventos que generan titulares, pero rara vez damos seguimiento a los temas para entender sus causas y poder prevenir o corregir. Pasamos del evento al meme y de ahí al olvido.
Otra imagen que debería generar un escándalo en círculos empresariales y múltiples renuncias de funcionarios de la CDMX y el Gobierno Federal es la foto de los pernos mal soldados y aparentemente insuficientes, señalados como la posible causa raíz del accidente en la Línea 12 del metro en la capital del País. Se habla de “una falla estructural asociada a mala construcción”. Es imposible no pensar en esa frase y aplicarla a los últimos 30 años del País. Tenemos muchas “fallas estructurales” asociadas a mala “construcción”. Sucede en la obra pública, con pernos o soldadura de menos, con cemento o asfalto insuficiente, con escuelas que no cumplen estándares mínimos, con trenes inconclusos (México-Toluca), con calles y carreteras mal señalizadas; pero también aplica a un modelo económico que no acaba de tomar forma y cuyos resultados (antes y hoy) demuestran que le faltan pernos, soldadura y buen diseño. Cualquier modelo económico que es capaz de generar poco o nulo crecimiento, subempleo y millones de pobres definitivamente tiene fallas estructurales y de ejecución. Sin embargo, seguimos tratando de señalar a factores exógenos como los responsables de que el modelo no levanta. También cargamos con “fallas estructurales” en nuestro sistema de gobierno y separación de poderes (aplica a los tres poderes y a los tres niveles de gobierno). Y eso nos lleva a la tercera imagen que me llamó la atención en estos días.
El usuario de Twitter @marcushurst publicó una foto de un basurero en Chamartín, un municipio aledaño a Madrid. El basurero tiene tres “entradas” para poder separar la basura, pero, aunque usted ponga una lata, papel o basura orgánica en el agujero correspondiente, resulta que la bolsa donde caen esos desechos es una sola. Es decir, en Chamartín (como en muchos otros lugares del mundo, incluido México) están haciendo como que hacen en eso de la campaña ecológica. En mi caso, me pareció una imagen que resume perfectamente el espejismo de separación de los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) que seguimos viviendo en el País. A final de cuentas es un basurero donde todos los desechos se mezclan y por eso no existen contrapesos ni seriedad razonable para verdaderamente atender las “fallas estructurales”, las “faltas de pernos” y los “socavones” (reales o metafóricos) que nos siguen rodeando. Nos han acostumbrado a esperar poco de esa separación de poderes. Es normal que las bancadas del Congreso atiendan intereses de partido y no de la nación. Que exista alta sospecha sobre la real independencia de la Corte y de los jueces. Somos ilusos pensando que tal o cual partido, sin una verdadera reforma estructural, tiene la intención firme de atender los problemas generados por pernos, socavones y basureros. Nos han acostumbrado a aspirar a que en el mejor de los casos saquen un nuevo corrido, baile o meme viral. Más que eso, parece poco probable.