Sobre el Día del Niño que ya fue
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Sobre el Día del Niño que ya fue
Supongo que el que le digan a alguien que es como un niño es una forma de cumplido (excepto si se lo dicen en la cama, claro; pero en un contexto menos íntimo), nos habla de una persona imaginativa, espontánea, sincera, auténtica.
Yo tiendo a ciertos comportamientos infantiloides en situaciones de estrés social. Cuando estoy rodeado de gente con la que no me siento en entera confianza soy errático, más torpe que lo habitual y se apodera de mí un impulso irrefrenable por romper etiquetas y protocolos con chistes inapropiados.
Es por ello que recientemente me dijeron que parezco un niño (un niño con tremendas entradas y varices), cosa que mucho agradezco ya que me lo dijeron con una sonrisa y no como un reproche.
Por desgracia, no es precisamente Coahuila el mejor lugar para ser niño hoy en día. Baste recordar algunos eventos recientes relacionados con nuestra niñez:
Fue hace menos de un año que varias decenas de menores de edad fueron liberados de un patrón que los explotaba laboralmente y los mantenía cautivos. Hablamos ni más ni menos que de niños esclavos; sí, en nuestro País, en este mismo Estado con Energía, en pleno siglo 21.
¿Pero sabe usted cuál es la única cosa peor que el hecho en sí? Que se dice que es una práctica común que ocurre con pleno conocimiento y consentimiento de la autoridad y que si esta vez se intervino fue únicamente por una revancha política.
Quizás esto último no nos conste, pero tampoco nos consta que sea una situación aislada, que esté el problema erradicado y que no esté sucediendo en éste preciso momento.
En noticias más recientes, trascendió que en la Escuela Secundaria Urbano Flores, de esta capital, representantes de esa perversa organización llamada Cristo Vive dictaron una magistral charla para orientar a los estudiantes en materia de valores (sobra decir que “los valores” de Cristo Vive son un chiste que a nadie le hace la menor gracia).
Dado que en todo esto se atraviesa el dulce nombre de Yisus H. Cráist, se tiende a pensar que la actividad es edificante o, en el peor de los casos, inofensiva.
Aunque hay quienes sí advierten el peligro de contaminar desde el plantel escolar el pensamiento de los estudiantes con ideas forjadas al calor del prejuicio religioso.
El director de este centro educativo y todos los involucrados tendrían que ser necesariamente suspendidos e investigados, pero es poco probable que siquiera se les haga una amonestación.
Mientras tanto, los estudiantes de la Urbano Flores ahora piensan que es muy normal que se filtre el pensamiento mágico religioso con todos sus paradigmas morales hasta la institución que fue creada para impartirles conocimientos pragmáticos e instruirles en el pensamiento científico, racional y crítico.
Podemos echar pleito con esos sátrapas de la fe de Cristo Vive, pero el daño ya lo hicieron y no sólo eso, los burrito-evangelistas se congratulan además de ello y nos tachan a quienes los señalan de adoradores de Belcebú. Siendo así, ¡Hail, Satán!
Finalmente, el mero día 30, los niños de Saltillo recibieron de su “amigo”, el exalcalde Jericó Abramo Masso, una paleta de hielo para mitigar el calor.
Contento, por las calles del centro, cual alegre Dr. Simi, Abramo Masso repartía las paletas a diestra y siniestra. Él se encargó de difundir esta actividad por redes sociales (fotos y video), para cerciorarse de que todos vieran su acto generoso y desinteresado. ¡Vaya ganga! Una pocas paletas y allí tiene sus cientos de likes y miles de reproducciones de su video chocarrero.
Es obvio que Jericó anda en campaña y la verdad es que ese es muy su problema. Él puede hacer con sus tardes de sábado lo que mejor le convenga.
Aunque nunca deja de ser sucio el hacer proselitismo valiéndose de los niños. Claro, él nos asegurará que fue un gesto noble, sin interés ulterior.
Ok, entonces quizás, en vez de paleta, debería mejor dar a los niños de Saltillo y de Coahuila una cabal explicación sobre a dónde fue a parar su futuro. Es decir, que en vez de una paleta de hielo que les va a durar entre cuatro y siete minutos, les explique en cambio por qué el Estado no tendrá oportunidades para ellos en los próximos 50 años por lo menos. Pero claro, los políticos son muy cobardones.
Niñas que se prostituyen por nuestra negligencia y la de las autoridades, niños que fallecen trágicamente porque nos empeñamos en criar razas de mascotas impropias para la convivencia doméstica, niños que incurren en homicidio contra otros menores porque tenemos armas de fuego en casa. Maltrato, abuso, descuido, todos síntomas de nuestra pobreza.
A esas y otras linduras está expuesta nuestra niñez en este Estado sin futuro, Coahuila. Qué pena pero, felicitar a nuestros niños en estas circunstancias es un canijo despropósito.