Sistema Estatal Anticorrupción: mi relato

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Sistema Estatal Anticorrupción: mi relato

Durante los últimos 30 días, participé como consejero de la Comisión de Selección para nombrar a los cinco consejeros del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción (SEA).

Este Comité es la pieza del engranaje institucional que combinaría, desde mi perspectiva, las capacidades técnicas y ciudadanas para esculpir los mecanismos de un Sistema Estatal Anticorrupción con una doble virtud: perseguir y, sobre todo, nulificar los actos de corrupción en el corto, mediano y largo plazo.

Para afrontar esa tarea, los consejeros adoptamos la metodología del Libro Blanco, que sistematiza la experiencia de la Comisión de Selección Nacional en la elección de los integrantes del Comité de Participación Ciudadana del SNA.

Por ello, fortalecimos la convocatoria con giras mediáticas a las cinco regiones del estado; invitamos, por internet, a cámaras empresariales, colegios de profesionistas, OSC e instituciones de educación superior. Y armamos un micro sitio para transparentar nuestras labores. Como respuesta recibimos 32 sólidos perfiles.

Descartamos seis postulantes y entrevistamos 26. Un día después realizamos un Foro de Consulta para recibir opiniones sobre los entrevistados, que cancelamos por inasistencia de las personas inscritas.

El viernes pasado, los nueve consejeros deliberamos, con las diferencias propias de todo cuerpo colegiado, para seleccionar a estos cinco candidatos: José Manuel Gil Navarro (1 año); Ana Yuri Solís Gaona (2 años); Lourdes de Koster López (3 años); Juan Adolfo Von Bertrab Saracho (4 años) y Carlos Rangel Orona (5 años). 

Yo me abstuve en los casos de Koster, Von Bertrab y Rangel porque sus cualidades, aunque indiscutibles, no abonan, desde mi punto de vista, a cimentar la credibilidad, legitimidad y fortaleza del SEA en estrecha conexión con la ciudadanía.

Su inclusión en el Comité de Participación Ciudadana, que acepto a cabalidad por ser decisión del Consejo al cual pertenezco, agudiza, a mi parecer, la magnitud de los retos del incipiente SEA en Coahuila.
Veremos y diremos.