Sin participación ciudadana, difícilmente habrá democracia

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Sin participación ciudadana, difícilmente habrá democracia

Sólo es ciudadano el que participa del autogobierno, afirma Giovanni Sartori en su texto “¿Qué es la democracia?”, por estos días, libro altamente recomendado. Por tanto, para que una democracia sea tal se requiere que los ciudadanos tengan una participación activa.

Esto no significa solamente salir a votar, que es uno de los crasos errores que hemos cometido. El autogobierno implica mucho más que eso. Robert Dahl agrega un poco más a lo que afirma Sartori y dice que se trata también de tener una comprensión informada de todo lo que nos pasa en el país, controlar la agenda pública de quienes gobiernan, entender la importancia que tiene asumir que el voto de todos vale lo mismo y, como afirmaba Lord Acton, la importancia de las minorías como quantum democrático. ¿Qué de todo esto podría palomear?

En ese sentido es fundamental que usted esté bien informado a través de noticiarios, periódicos e información seria que puede determinar a partir de ver quién publica lo que lee. Toda nota debe de presentar un autor, un equipo de trabajo o una dirección física, si no lo presenta entonces descarta la información, no es una nota confiable. Sobre todo en este tiempo en que quienes nos transmiten la información juegan un rol protagónico y en la mayoría de las ocasiones es notoria su adhesión partidista.

La agenda pública, por su parte, tiene que ver con los dichos y promesas que hacen los candidatos, donde nosotros tendremos que reclamar –no al estilo de los campesinos en Chiapas que amagaron con colgar a un candidato que prometía y no cumplía, que es la costumbre de la mayoría en el entendido de que el prometer no empobrece–, vigilar y controlar todo lo que ellos expresen. Lo otro será cuidar que los candidatos sean incluyentes, no clasistas, no racistas y no xenófobos porque en una democracia todos cuentan.

Todo esto porque lo mínimo indispensable a lo que se ha reducido la participación ciudadana es a las elecciones, que por ejemplo en el año 2000 sólo salieron a participar el 63.97 de los ciudadanos adscritos al padrón electoral, en 2006 solamente el 58.55 por ciento, en 2012 el 63.1 por ciento y en 2018 el 63.42 por ciento. Eso a nivel nacional. En Coahuila en la elección donde resultó triunfador Miguel Riquelme sólo salió a votar el 60 por ciento de la población y en las elecciones para diputados estatales en 2020 sólo salió a las urnas el 39.38 por ciento de los ciudadanos. Lamentable. Insisto, nuestra asistencia a las urnas es lo mínimo indispensable.

La participación debe de darse –sin poner condiciones– cuando nos llamen a referéndums, plebiscitos, consultas populares o bien solicitemos información pública sobre funcionarios al ICAI u otros organismos en temas de transparencia y rendición de cuentas, porque es nuestro derecho; también en las audiencias públicas, que por estos días han puesto en práctica muchos funcionarios, o en las consultas populares y muy pronto en la revocación de mandato. A estos se les llama mecanismos democráticos.

Otras forma de participar podría ser la de proponernos como observadores electorales, participar en Organizaciones No Gubernamentales, Asociaciones Civiles, ser miembros de algún partido político, participar como candidatos independientes; participar si no activamente en mesas redondas, debates o congresos al menos como parte de la audiencia. Eso y más implica la participación ciudadana.

Es simple, así como no se puede entender la participación sin la representación, sin participación ciudadana no hay democracia. Para quedar claros, a quienes gobiernan les interesa nuestra apatía, nuestro desánimo y nuestra desilusión porque se lucra con ello, no se los permitamos. Salgamos por ahora a manifestarnos con nuestro voto, que es lo primero.

Y teniendo en cuenta, aunque usted lo minimice, que en cada elección nos jugamos el futuro, nos conviene cultivar un poco más un buen nivel de información, conocer nuestros derechos y deberes; tener un conocimiento objetivo de la ley, vivir en el marco de la cultura de legalidad, participar en asuntos públicos en nuestras colonias o en la municipalidad, cultivar los valores democráticos; respeto, diálogo, tolerancia, pluralidad, ser responsables con el rol que jugamos en la sociedad, cultivar la tolerancia, vivir siendo solidarios y practicar la justicia participando activamente, porque sin participación ciudadana difícilmente habrá democracia. Nos queda una semana.

Por cierto, esta semana tendremos con algunos especialistas la “Semana por la Democracia” que se trasmitirá por YouTube Live en el código: bit.ly/sxld2021, donde abordaremos los temas: “Todos somos políticos, construyamos la democracia” el 24 de mayo a las 18:00 horas, “Elecciones y Participación Ciudadana” el 25 de mayo a las 14:30 horas, “Democracia local y participación ciudadana” el 27 de mayo a las 18:00 horas y “Voto Reflexionado” el 28 de mayo a las 14:30 horas. Así las cosas.