Sin oportunidades y por 'buscar el amor', causas del embarazo adolescente en México
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Sin oportunidades y por 'buscar el amor', causas del embarazo adolescente en México
Por Claudia Altamirano (@claualtamirano) para Animal Político
Cuando Pamela supo que estaba embarazada, a los 18 años, decidió que tendría a su bebé con o sin el apoyo de su novio. Su vocación feminista la hacía consciente de que tenía la opción de abortar, pero ese no era su deseo: ella estaba enamorada y se enamoró también de la idea de tener un bebé con Ricardo. Él se sentía igual, así que emprendieron ese proyecto para el cual no estaban preparados, admite hoy Pamela, y asegura que si hubiera sabido todo lo que implicaba, habría decidido no tenerlo.
“Creo que nos lo tomamos muy a la ligera, no pensamos que las cosas nos iban a costar el doble o triple que una familia de 30 y tantos. Nos ha costado muchísimo: peleas, cosas económicas, independencia porque vivimos con mis papás, a él le ha costado su escuela, sus hobbies, a mí me ha costado sacrificar la vida de universitaria porque tengo una responsabilidad.
México ocupa el primer lugar en embarazo adolescente entre los países miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con 77 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años de edad. El Instituto Nacional de las Mujeres estima que cada año ocurren 340 mil nacimientos en mujeres menores de 19. Los números crecen cada año: la tasa de fecundidad pasó de 71 % en 2007 a 74 % en 2015, año en el que el gobierno implementó la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA) hasta ahora con vanos resultados.
Sin embargo, no todos los embarazos en menores de edad ocurrieron por error: el reporte ‘Situación de la Salud Sexual y Reproductiva’ del Consejo Nacional de Población (CONAPO) revela una cifra contundente: la mitad (51.5%) de las mujeres entre 15 y 19 años que estaban embarazadas cuando les fue aplicada la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2014 declararon que se trataba de un embarazo planeado, aunque aún no cumplían ni 20 años.
La Encuesta es realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), organismo que también ofrece otros datos alarmantes: hasta 44.9 % de las adolescentes del grupo de 15 a 19 años declaró que ella o su pareja no utilizaron algún método anticonceptivo en su primera relación sexual, por los motivos siguientes: 33 % porque no planeaba tener relaciones sexuales, 18 % porque quería embarazarse; 17.4 % porque no creyó que podría quedar embarazada, y otro 17 % porque no conocía los métodos, no sabía dónde obtenerlos o cómo usarlos.
Expertos en el tema y madres adolescentes que ofrecieron su testimonio coinciden en que las jóvenes desean embarazarse principalmente por dos factores: la falta de oportunidades -en muchos pueblos no hay educación Superior, en algunos ni siquiera Media- por lo que los varones emigran al concluirla y las mujeres se quedan al cuidado de sus hogares, sus familias o se embarazan para tener un proyecto de vida o alcanzar estatus en su entorno social- así como a la idealización del rol de madre y esposa, idea que se les inculca a las jóvenes sin enseñarles lo que implica ni la dimensión real de la responsabilidad que van a adquirir sin la menor preparación.
“Debí haber abortado en algún momento pero no lo hice porque creí que iba a ser fácil, que el amor lo podía todo, o que yo podía con todo, que no necesitábamos ayuda de la gente o que nuestra relación iba a estar bien todo el tiempo, y no era así. Costó trabajo entenderlo y tratar de subsanar muchas cosas”, lamenta Pamela, hoy de 23 años, quien agrega que lo que le faltó en materia de educación sexual no fue información sobre métodos de prevención, sino educación profunda sobre la realidad del embarazo, la maternidad y la vida en pareja.
“Actualmente ya no es un asunto de cuánta información puede tener a la mano la gente sino que sea de calidad y le permita tomar una decisión adecuada a sus necesidades”, agrega Brando Flores, coordinador del informe ‘Situación del embarazo adolescente en México’ del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir. El reporte –presentado en días recientes- advierte que la Estrategia Nacional para Prevenir el Embarazo Adolescente (ENAPEA) fracasa a nivel estatal porque los recursos no llegan o se aplican mal, pero principalmente, porque su enfoque sigue siendo poblacionista y no educativo.
“El embarazo adolescente es multifactorial, se perpetúa en condiciones de violencia, de pobreza, se carece de posibilidad de otorgar a los hijos mejores posibilidades. Hay una serie de elementos que van reduciendo su horizonte, la expectativa de estos jóvenes”, dijo el investigador a Animal Político.
Para querer y ser queridas...