Sin novedades

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Sin novedades

Para mí, el debate fue un espectáculo casi circense en que por un lado hubo acusaciones recíprocas predecibles, enfocadas a cuestionar el trabajo previo de los candidatos fundamentalmente lo relativo a sus acciones de corrupción,  lanzadas y desmentidas reiteradamente. Y por otro lado, promesas de transformar el Estado eliminando la corrupción. El candidato más mesurado, menos demagógico y, por tanto, más creíble fue Guerrero. En contraposición, el más demagógico y artificial fue Miguel Riquelme. Por su parte, el más apasionado en sus propósitos fue José Ángel. Mary Telma Guajardo insistió sobre su trayectoria como mujer, madre y maestra dando un toque de sentimentalismo. El más desenfadado, relajado que incluyó rasgos de humor y choteo fue Armando Guadiana. Guillermo Anaya, con  gestos y ademanes bastante estudiados y poco naturales, insistió en su honestidad contra la corrupción prevaleciente en el Estado. Y Lucho salinas quizá fue el más desangelado aunque reivindicó su independencia e insistió en el poder ciudadano.

En síntesis, el debate no aportó muchas novedades, si bien podríamos apuntar la insistencia casi generalizada en lanzar propuestas ya escuchadas repetidamente en otros procesos electorales, como dar acceso a la salud y a la educación a TODOS los habitantes… suena casi increíble.