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Dos historias sumamente diferentes, pero igual de inspiradoras, chocan buscando un lugar en la ronda divisional de los playoffs

Tom Brady comienza hoy la última parte de su búsqueda por un séptimo anillo del Super Bowl cuando tome los controles de los Buccaneers de Tampa Bay para enfrentar a Washington Football Team en un juego de comodines de la NFC.

Brady se unió a los Buccaneers después de ganar seis anillos de Super Bowl en 20 temporadas con los Patriots. El quarterback parece estar bien posicionado para competir por otro anillo mientras lidera a un crecido equipo de Tampa Bay (11-5), que terminó la temporada regular con cuatro victorias consecutivas, para poder sembrarse como segundo lugar en la NFC Sur.

Brady tuvo que adaptarse a la preferencia del entrenador Bruce Arians por un juego aéreo explosivo y vertical, que contrastaba con el eficiente ataque con control de balón que dominaba al timón en Nueva Inglaterra. Un flujo constante de lesiones entre los mejores creadores de juego no ayudó, pero los Buccaneers parecen haber encontrado su paso justo a tiempo. Los Bucs promediaron 37 puntos en sus últimos cuatro juegos y ganaron por un margen promedio de 18.3 puntos.

Brady completó 26 de 41 pases para 399 yardas y cuatro touchdowns en la victoria por 44-27 sobre los Falcons de Atlanta para coronar la temporada regular.

Por su parte, Washington (7-9) aseguró su primera aparición en postemporada desde 2015 con una victoria por 20-14 sobre los Eagles de Filadelfia en la Semana 17 para hacerse con la NFC Este.

El receptor de segundo año Terry McLaurin es probablemente la amenaza ofensiva más explosiva de Washington, y demostró su importancia al lograr siete recepciones, el máximo del equipo, contra Filadelfia el domingo pasado, incluido un touchdown de cinco yardas. Jugó en 15 partidos de temporada regular, mientras que sus 1,118 yardas recibidas, el máximo del equipo, ocuparon el puesto 13 en la NFL.

El entrenador Ron Rivera dijo después que la disponibilidad del receptor estuvo en duda durante toda la semana debido a una prolongada lesión en el tobillo que muchos observadores creían que podría dejarlo fuera el resto de la temporada. McLaurin agravó un esguince de tobillo sufrido en la Semana 11 y se quedó fuera de la derrota en casa de la Semana 16 ante los Seahawks de Seattle. Teniendo en cuenta que el tiempo de recuperación estándar para una lesión de este tipo suele ser de un mes como mínimo, no se esperaba que regresara a menos que Washington de alguna manera alcanzara el título de la NFC.

McLaurin le dijo a Rivera que estaría listo para jugar, pero el entrenador no se convenció hasta que vio al receptor correr a toda velocidad al final de la semana con poca dificultad. El egresado de Ohio State totalizó solo 40 yardas recibiendo, pero aún así fue una valiosa salida rápida contra la gran cantidad de pases de Filadelfia. Rivera dijo a los medios que espera que McLaurin vuelva a estar disponible contra Buccaneers.

Además cuentan con un quarterback que está sumamente motivado, pues Alex Smith ha tenido un resurgimiento ejemplar luego de estar al borde del retiro por una terrible lesión en la pierna.

Y aunque en las apuestas se encuentren muy desfavorecidos, ha inspirado al equipo a pelear y dar su máximo, pues junto con la historia de superación de Ron Rivera, que superó un cáncer, han demostrado que pueden salir vencedores aunque tengan todo en contra.