Sin música sacra, aroma a incienso o las filas que antes se formaban frente al altar, la imposición de ceniza se llevó a cabo desde la casa de los fieles católicos.

El inicio de la Cuaresma transcurrió con una baja afluencia en las iglesias de Saltillo, como lo solicitaron sus párrocos por la contingencia.

Solo algunos feligreses permanecieron en las iglesias para escuchar misa y que el sacerdote a cargo colocara la ceniza sobre la cabeza y no en la frente como antes lo hacían.

El padre Anastasio Olivar, rector de la Iglesia de Nuestra Señora de la Luz, señaló que el verdadero significado de esparcir la ceniza sobre la cabeza de los fieles es iniciar un tiempo de fortaleza cuaresmal.

“Es tiempo de transformación, se trata de cambiar en nuestras vidas lo que no está bien, desde los malos hábitos hasta aspectos que no nos permiten vivir en paz”, dijo.

Decenas de feligreses acudieron a los altares durante el transcurso del miércoles para recibir un sobre con la ceniza que la pastoral litúrgica preparó junto a una guía para su uso.

“Acudieron en su mayoría adultos y algunos jóvenes que llevaban a sus abuelos y hermanos más pequeños, quienes no pueden salir de casa todavía. Se les entrega un sobre que contiene ceniza para diez integrantes de la familia”, dijo el rector de la Iglesia del centro de Saltillo.