Sin director y sin Constitución 2/2

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Sin director y sin Constitución 2/2

Los boletines oficiales que todo mundo publicaba en su momento, decían lo siguiente: “Coahuila prepara una Constitución que tendrá como pilar fundamental la protección de los derechos humanos y redefinirá las facultades de los poderes Judicial, Legislativo y el propio Ejecutivo estatal.” Y quien estaba encargado de semejante proyecto era el doctor Luis Efrén Ríos Vega. Un solo hombre con tan ingente peso en sus espaldas. Amén claro de dirigir la Facultad de Jurisprudencia de la UAdeC y encima, ser el Presidente de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) quienes en un grupo multidisciplinario e institucional en colaboración  con la FUUNDEC, buscan a tanto y tanto desaparecido en Coahuila.

Hay gente (los familiares que en su dolor, no los olvidan) que los buscan con pico y pala y en los terrenos más agrestes y peligrosos, Ríos Vega lo hacía desde su lustroso escritorio y por las acusaciones de sus alumnos, desde su bien remodelada oficina (271 mil 215.86 pesos invertidos en rediseño y equipamiento). El académico Ríos Vega se olvidó que botín que no lo  comparte, se convierte en motín. Eso le pasó. Sus alumnos y parte del cuerpo docente de Leyes hablan del abandono del alumnado y sus espacios físicos, privilegiando solo a dos o tres maestros extranjeros que importó (no le gustó el producto nacional, pues), a un tepiteño y otros de su grupo. Ya lo de menos es si es cierto o falso, es intrascendente. El renunció.  

Me centro entonces en el quid de esta columna en específico, lo que la vez anterior apenas esbocé, el proyecto malogrado en manos de Efrén Ríos de la nueva Constitución de Coahuila. En su momento, es decir, desde hace cuatro años, el Gobierno ha dado a conocer las bondades de esta reescritura de la Constitución de Coahuila. El Gobernador dijo textualmente en su momento (2013): “… será la más moderna de México y América Latina.” Sí, todo en el papel y en Coahuila es perfecto, pero nada funciona en la vida real. Menos la nueva Constitución la cual no ha cuajado. 

Se publicitó lo siguiente: la reforma a la Constitución de Coahuila plantea por primera vez en el país, un catálogo de derechos humanos conforme a estándares internacionales… plantea por primera vez la creación de un Tribunal Constitucional como órgano autónomo… plantea por primera vez en el país, la regulación de nuevos derechos que no se definen en los textos de otras entidades federativas… plantea la tutela universal de los derechos humanos. Plantea por primera vez en el país, un procedimiento de renovación constitucional a través de la Asamblea constituyente o referendo… bla bla bla. 

Esquina-bajan
La perfección no tiene fin. Eso es en el papel. De un plumazo y el año pasado, el magistrado y erudito Óscar Nájera Davis puso todo el proyecto en su lugar: “Andan de novedosos con los derechos humanos, que están plasmados desde 1857.” VANGUARDIA reseñó lo siguiente en su momento (5 de febrero de 2016), en voz del magistrado y también académico de la Facultad de Leyes: “En ese texto de marras (la nueva Constitución) suprimen, cancelan, extirpan derechos y garantías fundamentales del estado de derecho democrático y constitucional. Apelan a que las categorías políticas están por encima de la ley, es decir, están por encima de la voluntad de un pueblo… se plagian textos extranjeros con desfachatez de la nación de la cual México se independizó hace 205 años.” El que sabe, sabe. 

En Estados Unidos, la Constitución que guía su conducta tiene apenas 7 artículos. La mexicana, a la cual pocos o nadie hacen caso, tiene la friolera de 136 interminables capítulos y 19 transitorios. Así las cosas, la cuestión no es prohibir, sino fomentar eso que se llama responsabilidad, honor, justicia, equidad y claro, solidaridad entre nosotros, los humanos. La cuestión no es regular los derechos humanos de primera, tercera o cuarta generación, no; lo importante es cumplir tanto autoridades como ciudadanos con esa responsabilidad y marco legal llamada Constitución Mexicana.   

La justicia dolorosamente y usted lo sabe y padece lector, se ha burocratizado. El hombre se ve sometido (disminuido) ante las instituciones y al parecer, hay justicia selectiva: nadie apoya a la madre del menor muerto por un perro, quien está al borde del suicidio (la Secretaría de Salud es inexistente), pero al mastín se le prodigan atenciones y mimos en EU. ¿Derechos Humanos? Pues en Vietnam tal vez. Según estadísticas, en el país se realizan al menos un 40% de todas las detenciones sin la debida orden de aprehensión que debe emitir un juez. Y no hay abogado disponible al momento de ser detenido y declarar o abstenerse de ello (Artículo 20). He saludado solo un par de ocasiones al magistrado Oscar Nájera Davis.  

Letras minúsculas
Por lo cual… Cedillo llamando al erudito Nájera Davis. ¿Cuándo parlamos de éste y otros temas espinosos, Magistrado? Compartimos cuenta. Vale.