¿Sin crédito, discurso del Presidente?

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¿Sin crédito, discurso del Presidente?

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En terreno poco fértil caen las palabras del Mandatario mexicano en su intento por justificar los incrementos a los energéticos aplicados con el inicio de año; se limita a decir que ‘aunque dolorosos, son inevitables’

El aumento de las gasolinas, vigente a partir del 1 de enero, es una medida dolorosa pero responsable e inevitable en aras de mantener la estabilidad económica, dijo este miércoles el presidente Enrique Peña Nieto.

“(Es una medida) dolorosa y difícil, pero inevitable”, dijo Peña Nieto en un mensaje transmitido desde Los Pinos, donde previamente anunció el regreso de Luis Videgaray a su gabinete, ahora como canciller, en sustitución de Claudia Ruiz Massieu. 

“De no haberse tomado, hubieran sido aún más dolorosos los efectos y las consecuencias”, añadió el Mandatario.

Explicó que este incremento, es resultado de lo que ocurre en el mundo, en el que los precios de la gasolina se han incrementado.

Agregó que la medida tiene el objeto de proteger la economía de los mexicanos: “Sé que es difícil asumirlo, pero es justamente para proteger la economía de las familias que se vería seriamente afectada si no tomamos estas medidas”.

Descrédito
No obstante, el “vox populi” tamizado entre analistas y politólogos advierte un “choque” entre lo que el Presidente asegura y lo que la población siente en sus bolsillos.

Se señala como complicado que el discurso oficial sea suficiente para justificar la escalada de precios, sobre todo cuando, además de la afectación económica se resiente un gran golpe a la dignidad social ante una burocracia que se sirve grandes bonos de fin de año y a la que, además, los “gasolinazos” les resultan “historia ajena”, pues cuentan con subsidios por el consumo de gasolinas y de apoyos adicionales para mantenimiento de sus vehículos.

¿Contra los abusos?
Como en un interés de aparecer “solidario”, Peña Nieto advirtió que “su Gobierno no permitirá abusos de quienes al amparo de esta medida cometen tropelías en las calles, o de quienes pretenden eventualmente tomar decisiones de alza en los precios de productos que nos son justificados”.

La medida ha provocado movilizaciones y bloqueos en diversas partes del país, mientras que el sector empresarial ha llamado al Gobierno a tomar medidas para enfrentar las alzas. 

Raíz de la indignación...
El 30 de noviembre se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2017, con recortes que afectan principalmente “al campo, desarrollo social, ciencia y tecnología, y salud, lo que resulta indignante, de cara a las elevadísimas asignaciones al gasto de los funcionarios, principalmente a ramos autónomos en cuanto a beneficios francamente escandalosos e insultantes para cualquier mexicano que vive al día. Las prestaciones de los funcionarios no se vieron afectadas en este país de pobres”, expresó en su momento la Iglesia Mexicana, y puntualizó con “ejemplos”:

> Los senadores gozan de una recompensa de fin de año de 234 mil 330 pesos.
> Los diputados, 140 mil 504 pesos (ambos con compensaciones anuales garantizadas en blanco, lo que significa montos desconocidos, bonos navideños y cajas discrecionales en lo oscurito y de espaldas al pueblo).
> El Auditor Superior de la Federación se lleva 404 mil 278 pesos.
> Ministros de la Suprema Corte 586 mil 356 pesos.
Consejeros de la Judicatura, 378 mil 050 pesos.
> Magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, 586 mil 321 pesos.
Consejeros electorales del INE, 537 mil 762 pesos.
> Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, 404 mil 138 pesos.
> Comisionado presidente de la Comisión Federal de Competencia Económica, 403 mil 892 pesos.
> Presidente del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, 411 mil 882 pesos.
> Comisionado presidente del Instituto Federal de Telecomunicaciones, 352 mil 713 pesos.
> Comisionado presidente del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos, 399 mil 274 pesos.
> Presidente del INEGI, 418 mil 767 pesos.

Con información de Excélsior, El Financiero y El Universal