Sigue lluvia de libros
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Sigue lluvia de libros
Mencioné en una entrega anterior que se habían publicado 198 libros en estos seis años. No tomé en cuenta un buen número de otros que también salieron a la luz en distintas editoriales, como el Museo Pape, en Monclova, y otras más.
Merece mención especial el libro de José Ventura Flores sobre las mariposas del sureste de Coahuila. Ventura recorrió el campo retratando a esos hermosos insectos. No sólo muestra imágenes; añade datos excepcionales, como fotos del macho y la hembra que, aunque en algunas especies no parecen tener diferencias, las hay, y notorias (si te las muestran, claro). Es un libro de consulta: aporta el nombre técnico en latín y características específicas. La paciencia de Ventura es tal que registró mariposas nocturnas. La edición estuvo a cargo de Dolores Quintanilla.
Un libro paralelo por formato y método es: Carlos Recio Dávila, “Espacios Geográficos, Urbanos, Públicos y de Tránsito de Saltillo. Siglos 16 al 20”. Grueso ejemplar de 542 páginas, que da cuenta de nombres de calles, callejones, veredas, arroyos, barrios y colonias en forma por demás completa, con una información fabulosa. Calles que tuvieron hasta nueve nombres distintos, parques perdidos en la enorme mancha urbana… Editar una obra tan difícil se debe al Instituto Municipal de Planeación de Saltillo.
Rubén Moreira no podía quedarse atrás en la carrera y sacó el penúltimo día de su administración un enorme ejemplar: “Grandes obras de Coahuila”. Quizás por la premura, pero carece de textos (unos cuantos, muy cortos). Libro de fotografías de Daniel Garza.
Blas José Flores Dávila se despidió de Rectoría para irse a la Secretaría de Finanzas al editar “60 años. Universidad Autónoma de Coahuila 1957-2017” que coordinó Guadalupe Sánchez de la O, dado a luz por El Cerdo de Babel con un hermoso diseño. Libro difícil para un historiador porque 60 años no son nada. Pero el resultado es excelente.
Una obra que dirigió el famoso Pepe Tachas, con poemas de niños que él propició, es “Tatuajes en el Muro Escolar”, maravillosamente ilustrado por la artista Jess Silva. No conozco de libros infantiles, pero creo que no desmerece frente a cualquiera de las grandes casas editoras mexicanas y aun extranjeras: es bello desde donde se le quiera ver.
Y, aunque el brinco es abrupto, menciono otro de índole absolutamente distinto: “Uvas, Tierra y Memoria. Coahuila: Raíz de la Vitivinicultura en América”, una investigación coordinada por Cristina Martínez, Gabriela Román y Tere Mora, con autores exalumnos de la licenciatura en Historia, como Gilberto Sánchez y Marisol Ayala. Para los productores de vinos fue un regalo porque es una propaganda inteligente de aquello que ellos emprendieron, unos desde tiempo inmemorial y otros recientemente. ¡Vivan los vinos coahuilenses!, ¡bien por el libro!, ¡brindemos por ellos!
Termino con algo de difusión, aplaudiendo a quien lo merece: Eglantina Canales no quiso retirarse del trabajo sin una reedición corregida de “Historias de Protección y Depredación de los Recursos Naturales en el Valle de Saltillo y la Sierra de Zapalinamé”, porque desea que todos los habitantes se declaren enamorados de Zapalinamé, la cuiden, la protejan de tantos peligros y tan inciviles enemigos que la asedian. (Esto último es mío, no le echen la culpa).
Yo publiqué un librito de autor (quiero decir que lo pagué) para que mis alumnos tuviesen un texto sobre la materia que impartí. No son fotocopias, es mi texto de la página uno a la 155: “Hermenéutica para Estudiantes de Historia”. Hice 100 ejemplares así que lo declaro (casi) agotado.
Antier se presentó, del joven historiador Jorge Tirzo Lechuga, “Coahuila en el Congreso Constituyente 1916-1917”: una novedad en el tema. La historiografía del Estado se diversifica. Todavía no lo he leído.
Concluyo elogiando la labor de Mabel Garza y su equipo, que desde el Instituto Municipal de Cultura publicó nada menos que 50 títulos (de mil ejemplares cada uno), de los cuales se distribuyeron gratuitamente 23 mil 480 a través de los “Libreros de barrio” ubicados en colonias populares de Saltillo.