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‘Si tuviera a mi nieto enfrente le prestaría toda mi atención’
El duelo con la muerte no ha sido fácil, tras la pérdida de Alexis Jatniel, el joven estudiante de la UAdeC que decidió terminar con su vida el 8 de noviembre del año pasado, al interior de su domicilio en la colonia Valle de las Flores.
Sus abuelos relatan el camino de sufrimiento que se han visto obligados a recorrer.
“Ha sido muy difícil, todavía es fecha que no podemos”, dijo entre lágrimas María Eligia, quien se atiende psicológicamente como método de prevención de alguna depresión o tristeza profunda que se genere tras la pérdida.
En entrevista para VANGUARDIA, los abuelos relataron que desde hace varios años, cuando Alexis cursaba la preparatoria, ya peleaba con la depresión, situación que lo obligó en varias ocasiones a dejar sus estudios, pese a ser un excelente alumno.
“Él tuvo que dejar sus estudios en varias instituciones donde destacaba, nosotros recibíamos muy buenos comentarios de los maestros, Alexis tenía mucho potencial, lamentablemente su enfermedad merecía atención y solicitaba permisos facultativos”, indicó Porfirio Muñiz, quien dijo también que era el mejor amigo de Jatniel.
La depresión fue quien acechó a Alexis Jatniel durante varios años, y ganó la batalla, pues la familia creía que las amenazas de quitarse la vida se trataban solo de un chantaje, por lo que no prestaban la atención necesaria.
“Aunque no tomamos la depresión a la ligera, y se le atendió, si yo tuviera a mi nieto aún enfrente le prestaría toda mi atención, lamentablemente el tiempo ya no se regresa,” dijo doña María, que desde que Alexis estaba pequeño decidió hacerse cargo de él, pues tras la ruptura matrimonial, su hijo decidió mudar a Estados Unidos.
VIVIÓ SIN SUS PADRES
Alexis y su hermano Eduardo vivieron su infancia y juventud al lado de sus abuelos María y Porfirio, quienes en todo momento los procuraron: “Nosotros decidimos hacernos cargo de ellos, y siempre quisimos que fueran algo en la vida, no somos de una posición económica buena, pero le echábamos ganas”, señaló Porfirio.
A recomendación de expertos, la pareja de abuelos ha decidido modificar la vivienda, para evitar un poco el recuerdo, por lo que don Porfirio aprovechó sus conocimientos en carpintería y comenzó a trabajar en ello, hecho que también le permite despejarse cuando la depresión lo acecha.
“Mi esposa disfruta de su hobbie de la lotería con los vecinos, yo en la carpintería, y restauración de objetos antiguos”, dijo con Porfirio, a lo que doña María respondió que: “Sí nos distraemos, pero mi hijo sigue presente, se manifiesta de diferentes maneras, y yo sé que es él, por eso no me da miedo”.
APOYO
La religión ha sido importante para la familia, pues han decidido acercarse más, y escuchar diversas pláticas y orientaciones para poder encontrar el camino de la felicidad, que dicen, perdieron desde aquel 8 de noviembre de 2017.