Sí, son unos corruptos

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Sí, son unos corruptos

Federico Berrueto, junto con Liébano Sáenz director del Gabinete de Comunicación Estratégica, vivió noches difíciles en julio de 2010, hace exactamente seis años, cuando estuvieron en disputa las mismas 12 gubernaturas del pasado 5 de junio.

El Gabinete convino con Milenio Televisión levantar encuestas electorales para cada una de las gubernaturas en juego. Acertó en la mayoría. En Puebla, fue la única medición en adelantar el triunfo del aliancista Rafael Moreno Valle. Pero los números carecieron de precisión en Durango, Hidalgo y Veracruz (no lo olvidan los candidatos derrotados José Rosas Aispuro, Xóchitl Gálvez y Miguel Ángel Yunes), y fallaron en Sinaloa y Oaxaca, aunque en esta última entidad el acierto en la encuesta de salida anunciando la victoria de Gabino Cué (acompañado de una furiosa descalificación del PRI) fijó una percepción de éxito.

Un par de noches después de las votaciones, Federico se presentó en la televisión a reconocer las fallas y, si no me equivoco, fue el primero en señalar con rotundidad que los ciudadanos entrevistados estaban escondiendo sus preferencias, particularmente los entrevistados que deseaban la alternancia, el fracaso del PRI.

Algo aprendieron de aquella experiencia, porque el Gabinete no volvió a irse en banda (al menos en público) con una encuesta electoral. “Cuando no hay condiciones para generar certeza, preferimos decírselo a la gente o al cliente que nos contrató”, me explicó ayer Berrueto.

Por cierto, dos martes antes de los comicios presidenciales de 2012, Federico me mostró su tracking interno. Enrique Peña Nieto aventajaba por un 8% a Andrés Manuel López Obrador. En esa plática de café calculó que ya no se modificarían los números, a lo más se abrirían o cerrarían un par de puntos. Peña Nieto ganó con una diferencia de 6.5%.

Al analizar las mediciones de este año, Federico explotó, como nadie lo había hecho, contra los encuestadores que, por corrupción, alteran los resultados.

Señaló a Roy Campos, director de Consulta Mitofsky, por un trabajo en Ciudad Juárez que ponía al candidato ganador, el independiente Armando Cabada, con 5% de las intenciones de voto. Cabada ganó con 43% de los votos.

“Esas no son fallas técnicas, ese es un problema de integridad”, me reiteró Berrueto las palabras que había expresado el lunes en una entrevista con Proceso.

-¿Corrupción?

-Sí, corrupción. Y los encuestadores trivializan la discusión, cuando está claro que tantos errores no sólo son producto de la incompetencia, sino de la alteración de resultados. Si los encuestadores siguen impunes, seguiremos teniendo encuestas malas.

Malas, como las de 2012. Pésimas, como las del “Bronco” en 2015. Patéticas, como las de 2016. Si siguen impunes.   
   
MENOS DE 140 Finalmente el lunes tomaron café el Presidente de la República y el presidente del PRI.