Si Peña Nieto quiere recuperar la confianza debe ser autocrítico: NYT

Usted está aquí

Si Peña Nieto quiere recuperar la confianza debe ser autocrítico: NYT

Foto: Tomada de Internet
En un editorial, el influyente diario The New York Times abordó los casos de demandas a periodistas que han realizado investigaciones sobre personajes de la política en México

Una reciente acumulación de demandas contra periodistas y una decisión judicial en mayo que implementó la indemnización por difamación, tienen un efecto negativo en el periodismo de investigación y crítica en México, dice una editorial publicada este lunes por The New York Times.

“Después de todos los obstáculos que se le han puesto a la prensa como la violencia y el hábito de la autocensura, esto que enfrentan ahora es relativamente fácil de resolver”, expone el medio estadounidense.
La publicación titulada “Los periodistas que demandan en México”, recuerda que los legisladores aprobaron la ley Anticorrupción que obliga a funcionarios a ser más transparentes, pero para que la legislación ayude a terminar con una cultura mexicana de la corrupción, los periodistas deberán ser capaces de investigar e informar sobre la clase dominante.

El diario estadounidense recordó la disculpa que el Presidente Enrique Peña Nieto ofreció en julio a los mexicanos por el escándalo que generó la información difundida sobre la mansión de su esposa Angélica Rivera, conocida como la “casa blanca”.

“Pido perdón por la ‘casa blanca’, cometí un error. Este error afectó a mi familia, lastimó la investidura Presidencial. Les reitero mi sincera y profunda disculpa por el agravio que les causé, estoy decidido a combatir la corrupción con toda determinación. En carne propia sentí la indignación de los mexicanos”, dijo el Presidente en su mensaje de la promulgación del SNA en el Palacio Nacional.

Pero el New York Times menciona que si el Presidente quiere recuperar la confianza debe ser autocrítico.

“Si queremos recuperar la confianza en los ciudadanos, todos tenemos que ser autocríticos, empezando por el Presidente de la nación”, señala el texto.

De acuerdo al diario, ese sentimiento sería más creíble si el Presidente encabezara un esfuerzo para impedir que las personas poderosas utilizaran demandas para intimidar a la prensa.

“Sería recorrer un largo camino hacia la recuperación de la confianza de un electorado que ha dado un montón de razones para cuestionar su integridad y juicio”, asegura el medio.

El diario recuerda el caso de la periodista Carmen Aristegui Flores, quien encabezó la historia en 2014 sobre la construcción de una mansión de la Primera Dama, Angélica Rivera Hurtado, por parte de una empresa de construcción que se había adjudicado contratos del Gobierno.

“La organización de noticias MVS se negó a publicar la historia, según Aristegui, y posteriormente el dueño, Joaquín Vargas, demandó a la periodista alegando “daños morales”, dice el New York Times.

Esa demanda, añade el diario, es una de las 10 presentadas recientemente contra periodistas que han sido rastreadas por la Organización de Estados Americanos (OEA).

Edison Lanza, relator especial para la libertad de expresión de la OEA, dijo al diario que este tema genera alarma y que parece probable que algunos funcionarios públicos estén tomando ventaja de esto.

El pasado 25 de julio se dio a conocer que Joaquín Vargas, dueño del grupo MVS Comunicaciones, demandó a Aristegui y a la editorial Random House por el prólogo que incluyó en el libro La Casa Blanca de Peña Nieto, que amplía el reportaje sobre la mansión que Angélica Rivera, esposa del Presidente Enrique Peña Nieto, le encargó a un contratista del Gobierno.

Por medio de una carta difundida ese día, Vargas acusó a Aristegui de imputarle “falsedades y diversos calificativos” en el prólogo, así como de “alimentar con mentiras su fantasiosa tesis” sobre las razones de su salida de MVS en marzo de 2015.

Aseguró que la demanda contra la comunicadora y la editorial pretende que las próximas ediciones del libro se publiquen sin lo que llamó un “prólogo injurioso”.

Vargas dejó en claro que “el resto del libro no es motivo de mi demanda, sino producto de una extraordinaria investigación periodística”.