Si la policía leyera culturales

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Si la policía leyera culturales

Ilustración: Geroca, ilustrador coahuilense que también expone lo más reciente de sus creaciones en la Taberna 'El Cerdo de Babel'
Nuestro colaborador Guillermo Jaramillo nos escribe sobre la obra de Zacarías Jiménez, narrador regiomontano que mañana presenta su último libro de cuentos

¡No te lo pierdas!
La policia no lee culturales
libro de Zacarías Jimenez
Lugar: Cerdo de Babel
Fecha: 5 de diciembre
Hora: 21:00 horas
Entrada libre

Vine a Saltillo porque me dijeron que acá se presentaría un libro de mi padre, un tal Zacarías Jiménez (San Rafael, Lagunillas, SLP, 1959), escritor de cuentos, versos y más ficciones. Y cómo negarme a la carretera llena de neblina o al frío que apenas el ganado puede soportar, si Monterrey está a un salto de mata y compartimos leyendas similares: ciudades industriales necesitadas de artistas auténticos.Luego de pasar toda su vida esperando la oportunidad de publicar un libro de narrativa en solitario, Jiménez ha visto cumplirse el deseo con “La policía no lee culturales” (Poetazos, 2015), tres cuentos que dejarán extrañado al lector y se presentan este 5 de diciembre en La Taberna, Allende Sur #247, Centro Histórico, alrededor de las 21:00 horas. 

Egresado de la carrera de letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL en 1984, Jiménez ha tenido distintos oficios: vendedor a domicilio de ropa interior femenina, pañales infantiles, intendente de un hospital, reportero, corrector de estilo en distintos periódicos regiomontanos, tallerista de literatura. Vive realmente de la literatura, pues hoy en día corrige una revista científica en las instalaciones de la UANL, donde también participa como autor de cuentos de ciencia ficción.

Jiménez tiene más de una década sin conocer un hogar entrañable, pues ha tenido que mudarse de casa una o dos veces por año al no haber contado con la suerte del Infonavit, ni trabajo fijo que le ayudara a anclarse un sitio personal. Plazas, bibliotecas, oficinas y talleres de amigos artistas han servido de guarida para el trabajo de una obra poderosa.  

“Yo había publicado ya unos ochenta cuentos cuando todavía no me animaba, ni me invitaban, a leer públicamente. Luego, gané una mención de honor con una obra de teatro. Invité como a 200 personas, y eso que no existía el Facebook, pero ninguna fue”, dice Jiménez mientras bebe un poco del vicio burgués: Tonayán mezclado con agua mineral saborizada.

Hoy, en la era de la red social, pocos son los que hablan de Zacarías Jímenez como un hombre mal portado. Sin embargo, tampoco comentan su obra. Sigue siendo un hombre que nunca pasará desapercibido, aunque su distinción no sea la que él quisiera: la literatura.

El libro será presentado por Guillermo Jaramillo junto con el colaborador de VANGUARDIA Quitzé Fernández.

Apartado de grandes novelistas regiomontanos como Eduardo Antonio Parra o David Toscana, Jiménez cuenta con un mundo personal plagado de alcohol, violencia y traición: honesta ternura norestense.

Sus personajes hablan el real lenguaje de la calle; más allá de estar encerrado en el cliché del “barrio”, Jiménez nos presenta al pueblo real de la zona metropolitana, compartiendo el pan o la botana junto a tragos de alcohol, departiendo sobre política, siempre vencidos pero con ansia de pasar sobre el pariente, el cercano, el otro igual. La cantina, el ágora zacariana, se convertirá en el punto de debate de problemas sociales, amores, filosofía instantánea y al punto de ebullición; situaciones que harán reír y llorar a la vez por la fuerza en que ha sido colocado el derechazo de la narrativa. Rulfo, Ibargüengoitia, Ochoa, sus maestros; Olivares, Ali y Castillo, el box plagado de sus héroes.

Uno de los grandes olvidados por el boom del norte, Jiménez presenta su libro a sus hermanos saltillenses, teniendo a Manuel Acuña como el más cercano a su dolor.

Desde que publicara “La eternidad comienza a las siete de la noche” (Conarte, 2010) y  “Correspondencia del hombre invisible” (Conarte/Bonobos, 2012), dos poemarios dulces y luminosos, Jiménez se dejó vencer por la vida y sus cuentos quedaron guardados en las páginas de diarios como El Norte o El Diario Monterrey, hoy Milenio Monterrey. Es así como el lector encontrará en “La policía no lee culturales” a un narrador de cepa, de esos que uno nunca se explica el por qué de invisibilidad.