Si hubiera voluntad política, el Centro Histórico sería otro

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Si hubiera voluntad política, el Centro Histórico sería otro

Los Centros Históricos (CH) son un espacio que albergan un invaluable patrimonio arquitectónico, histórico, cultural económico y social. Cada generación debe conservar y transmitir a las futuras, este invaluable legado material e inmaterial. Sin embargo, el Centro Histórico de Saltillo presenta un conjunto de problemas que perjudican su conservación como: su débil inserción en la agenda pública urbana; los escasos recursos económicos, normativos, fiscales y sociales, dedicados a su conservación; y la débil inclusión de las organizaciones ciudadanas defensoras del patrimonio histórico-cultural en el diseño y realización de políticas públicas.

Nuestro CH es una vergüenza, por el abandono en que lo han tenido las autoridades y la falta de actividad de la Junta de Protección y Conservación de Centro Histórico de Saltillo, la cual se creó en 1989. Desde su creación hasta la fecha, dicha Junta ha estado presidida por el Ing. Virgilio Verduzco Rosán.

Hace 17 años le mencione al Ing. Verduzco en un evento público, en el que me otorgaron un reconocimiento por haber arreglado la que fuera la casa señorial de mi familia, que si los integrantes de la Junta no podían hacer del CH -- origen de nuestras raíces-- un lugar a tono con la que ahora mencionan es “una de las mejores ciudades para vivir” (?), del que nos sintiéramos orgullosos los saltillenses, mejor deberían dejar el cargo. 

En la mayor parte del primer cuadro del CH --con algunas excepciones-- el panorama es desolador: banquetas imposibles de transitar, fachadas en pésimas condiciones -que casi simulan a un pueblo fantasma-, muchos terrenos baldíos y casas abandonadas - testigos de la destrucción de las pocas construcciones de adobe que aún nos quedan en esta ciudad cuatricentenaria y banquetas en pésimas condiciones.

Yo les pregunto al Presidente municipal y a los integrantes de la Junta: ¿por qué ese abandono? ¿Acaso no sienten respeto por cuidar lo que nos dio origen como ciudad capital del estado? ¿No se han dado cuenta que nos hemos quedado muy atrás de otras ciudades como Querétaro, San Luis Potosí, Zacatecas y Colima, por mencionar algunas capitales cuyo centro histórico es un orgullo para sus habitantes? El de Saltillo ha sido motivo de una sistemática destrucción con el consentimiento de nuestras autoridades. Recordamos el crimen arquitectónico que se cometió al destruir el famoso Hotel Coahuila (a mediados de los 60´s del siglo pasado). Es evidente que no tenemos un sentido de pertenencia y más parece que tenemos desprecio de lo nuestro. Nos hemos empeñado en borrar nuestro pasado como si nos avergonzáramos de él.

Los centros históricos  requieren el diseño de políticas públicas, porque ya sabemos lo que ocurre cuando se deja operar libremente a las fuerzas del mercado: se produce una transmisión generacional (herencia) o entre particulares que tiende a la concentración –y en muchos casos a una mal entendida “modernización” de la propiedad. El centro histórico debe ser un bien público –o, por lo menos, con supervisión del gobierno-, para que recupere y revierta el deterioro histórico, incluso de la propia función pública.

Invito a quienes lean este artículo, a que den un paseo a pie o en auto por el centro. Es difícil caminar por algunas de sus calles, además no se antoja hacerlo por la suciedad y deterioro del paisaje. Las calles de Obregón, Xicoténcatl, Zaragoza, Hidalgo, Bravo, y General Cepeda, principalmente, cuentan con casas que fueron señoriales, pero cuya fachada se encuentra total o parcialmente destruida.

Humberto Moreira le dio una mano de gato a la calle de Victoria, colocando piso blanco en las banquetas, las cuales ahora están más sucias que el traspatio del rastro. Jericó trató de prohibir el tráfico de vehículos en la calle de Victoria, con la idea de colocar una fila de fuentes saltarinas en medio. Idea por demás descabellada y fuera de toda realidad. Y ahora, a Manolo lo único que se le ha ocurrido es destruir el mirador histórico, colocando una torre en contra de la voluntad ciudadana; y eso que esta administración es “la más ciudadana en la historia” ¿Qué pasaría si no lo fuera?  El personal del área responsable de la administración del CH se ha reducido a solamente 6 personas, incluyendo una secretaria y un inspector. En mi paso por el cabildo el año pasado, hice a la Comisión del Centro Histórico, una serie de propuestas de las cuales ninguna fue tomada en cuenta.

Por todo lo anterior, propongo: 1) Renovar a la mayoría de los integrantes de la Junta de Protección y Conservación del Centro Histórico; 2) Elaborar un Plan de manejo  que permita ser el detonador de un nuevo esquema de ciudad; 3) Renovar las nomenclatura, 4) Corregir áreas donde se ocasionan embotellamientos, 5) Crear el Consejo de la Crónica, con cronistas especializados en temas como: Grupos subalternos -negros, indios, migrantes, etc.; Patrimonio cultural tangible/intangible: arquitectura, edificios, construcciones, espacio urbano; intervenciones militares, Historia de la educación, la tauromaquia, etc. y 6) Buscar recursos nacionales e internacionales para las obras de rehabilitación requeridas. Para esto se necesita ¡Que exista voluntad política de parte del  alcalde y el Cabildo!

rodolfogarzag630@gmail.com