1.- Es del dominio público que la segunda temporada de Luis Miguel, la serie, no tuvo el impacto y los niveles de audiencia que logró la primera temporada. La ausencia del personaje de Luisito Rey, soberbiamente interpretado por el gran actor Óscar Jaenada, dejó un vacío prácticamente imposible de llenar. Después de la muerte del padre de Luis Miguel en la trama de la serie, no había pretexto alguno para traerlo de vuelta. El problema es que ningún otro personaje logró alcanzar su nivel de antagonismo.

2.- Teniendo solamente a villanos débiles o fácilmente controlados por Luis Miguel u otros personajes, la segunda temporada apostó por poner en primer lugar los conflictos internos del propio cantante, su lucha consigo mismo y el atractivo de las escenas sexuales. Sin embargo, a pesar de que los desnudos y las situaciones candentes suelen atraer al público, en esta ocasión le trajo a la producción mucha polémica que no necesariamente se tradujo en publicidad positiva o mayores niveles de audiencia.

3.- Hablemos primero del desnudo integral de Camila Sodi, quien interpreta a Érika, el personaje que hace referencia a Issabela Camil, la novia de Luis Miguel durante los años de su primera juventud. Ella aparece con el torso desnudo durante un par de escenas relativamente largas y, al levantarse de la cama también muestra completa la parte posterior de su anatomía. En este caso, Camila luce desprotegida y vulnerable, más que atractiva o sensual. Si esta fue la intención del director, quizá fue contraproducente.

4.- Esos mensajes profundos y ocultos sobre la situación emocional de los personajes, no funcionan en producciones que pretenden ser muy comerciales. Por otro lado, nos enfrentamos a “la regla” machista que sigue vigente: si bien las actrices salen completamente desnudas, Diego Boneta solo muestra el trasero brevemente. El desnudo integral del hombre sigue siendo un gran tabú, nacido de la frágil masculinidad de todos en nuestra cultura, y deja al sexo en películas y series como producto exclusivo para hombres heterosexuales.

5.- Ahora bien, esto nos lleva a la polémica más grande de todas: el tratamiento dado al personaje de Michelle Salas, la hija mayor de Luis Miguel, encarnada en la serie por Macarena Achaga. En la historia presentan el despertar sexual de Michelle, a los 19 años de edad, con todo lujo de detalles. Completamente desnuda sobre el personaje de Mauricio Ambrosi (quien se supone es inspirado en Alejandro Asensi, cercano colaborador y amigo de Luis Miguel) la actriz interpreta un intenso orgasmo para luego deambular, sin vestirse, por la habitación.

6.- De inmediato, la misma Michelle Salas estalló en sus redes sociales: “...innecesaria, irrespetuosa y desafortunada la manera en que la producción decide tratar a una mujer...sexualizándola explícitamente a los 19 años de edad y violentando su intimidad”. Por su parte, Stephanie Salas, madre de Michelle, pidió crear una ley que proteja la intimidad de personas vivas, al ser retratadas en la ficción. Por último, Camila Valero, hermana de Michelle, calificó a la serie de frívola e inaceptable. Estas tres mujeres parecían representar la opinión de otras miles.

7.- Aquí hay dos cosas a analizar. Por un lado, es cierto que el entretenimiento usa mayormente a las mujeres, sexualizándolas para tener mayor nivel de audiencia. Esto es machismo ramplón. Si van a usar el sexo, que sea desde todos los géneros y variantes. Por otro lado, el escándalo que se ha generado, me lleva a una oscura hipótesis: ¿no lo estarán usando para compensar la falta de Luisito Rey? Y esta hipótesis ¡¿no será también hija del machismo?! ¡Qué tiempos tan difíciles para tener una sexualidad sana y sin complicaciones!