Sexualidad con responsabilidad
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Sexualidad con responsabilidad
En nuestro país, la legalidad del aborto se determina a nivel estatal y a nivel federal. Se permite sólo en caso de violación, de malformación genética o si la vida de la madre corre peligro, pero esto no en todas las entidades federativas.
Sólo en la Ciudad de México se puede abortar desde el 24 de abril de 2007, sin consecuencias legales. En Coahuila el aborto se castiga, salvo las 4 excluyentes de responsabilidad que se consignan en el artículo 199 del Código Penal de la entidad: “I. Aborto por violación, o por inseminación o implantación indebidas, siempre y cuando se practique o se consienta dentro de las doce semanas siguientes a la concepción.
II. Aborto por peligro de la mujer embarazada, fundado en prueba o en pronóstico clínicamente motivado, oyendo aquél la opinión de otro médico, siempre que esto sea posible y la demora no incremente el peligro. El peligro de afectación a la salud de la mujer embarazada se considerará como grave cuando pueda resolverse en la pérdida de un órgano o de su función, o que se presenten ulteriores complicaciones a la salud de la mujer difíciles de resolver o que dejen secuelas permanentes, o que pongan en peligro su vida.
III. Aborto por alteraciones genéticas o congénitas graves. Cuando dos médicos especialistas diagnostiquen que el producto presenta alteraciones genéticas o congénitas que puedan conllevar o dar como resultado afectaciones físicas o cerebrales, que lo colocarían en los límites de su sobrevivencia, siempre y cuando se tenga el consentimiento de la mujer embarazada. Y hay una cuarta causa, cuando el aborto sea consecuencia de una conducta culposa de la mujer embarazada”. Por ejemplo, que la mujer sufra una caída accidental y se produzca el aborto.
Uno de los argumentos esgrimidos de los partidarios del aborto es que quienes se oponen al mismo lo hacen por dogmas religiosos. La realidad es otra. Existen abundantes argumentos científicos en contra del aborto, que demuestran que la víctima del aborto es un ser humano, y como tal merece toda la protección de la ley.
Las proabortistas dicen que ellas pueden disponer con entera libertad de su cuerpo. ¿La criatura que se gesta en su vientre es parte del cuerpo de la madre? ¿Qué dice la ciencia al respecto? Nicolás Jouve de la Barreda, doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid y Catedrático de Genética en la Universidad de Alcalá. Ha sido presidente de la Sociedad Española de Genética y colaborador de la Cátedra de Bioética UNESCO, expresa que: “En el caso concreto del aborto, y de acuerdo con los datos actuales de la ciencia, la realidad es que desde la concepción existe una vida humana y que el embrión –hasta la octava semana– y el feto –a partir de la novena semana– son un ser humano singular, distinto e independiente de la madre, que necesita del claustro materno para su desarrollo.
Señalar, como se propende a proclamar, que el aborto es un ejercicio de libertad porque la mujer es dueña de su propio cuerpo, es una falsedad, porque el aborto afecta a una vida distinta a la de la mujer embarazada, que es además la de su propio hijo”. ¿Abortar es un derecho? No, abortar es un delito. No hay ningún documento ni en México, ni en la OEA, ni en la ONU, que reconozca un supuesto derecho de aborto.
Legalizar el aborto… sí, es lo más simple, según la conveniencia de sus promoventes. En México estamos peleados con la prevención, para eso no hay recursos. Lo que no hay es responsabilidad ni en los gobernantes, ni en los gobernados.
¿Por qué no existen en nuestro país programas de educación sexual donde el enfoque de la contracepción no sea el mismo para los adultos con parejas estables, que sí necesitan la anticoncepción para espaciar el nacimiento de sus hijos y planificar sus familias, que para los jóvenes con quienes se deben trabajar programas dinámicos e integrales, con un enfoque de relaciones sexuales protegidas de embarazos no deseados, con énfasis en el uso de anticonceptivos?
Con esto seguramente a mayor o menor plazo disminuiríamos la práctica del aborto. ¿Por qué no impulsar una educación sexual alternativa y participativa?
Me explico, la sexualidad es una dimensión fundamental del ser humano, por ello debe ser entendida dentro de un contexto científico y humanista, debe verse como una responsabilidad de toda la sociedad, ser considerada como proyecto pedagógico, en el que la familia sea la principal responsable de la educación sexual de los hijos, porque la familia es precisamente el espacio primario para vivir la sexualidad.
Trabajar desde las instancias gubernamentales de salud, con el sector educativo y la sociedad en general, de manera coordinada en la prevención, vía una objetiva y clara educación sexual sin duda que evitará embarazos no deseados que a fuerza quieren solventar vía la legalización del aborto, quienes están convencidos que el asesinato de un ser en absoluto estado de indefensión es la solución.