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Ser una Asociación Civil y no morir en el intento en tiempos de la 4T
Desde hace algunas semanas ha tomado mucha relevancia la propuesta de reforma a la Ley del Impuesto Sobre la Renta (ISR) 2020 en términos de las organizaciones de la sociedad civil. En pocas palabras, la propuesta (que ya tuvo visto bueno de la Cámara de Diputados y sigue avanzando) quita la posibilidad de tener ingresos por más del 10% de sus ingresos anuales , esto en un contexto de pandemia y recesión económica que las donaciones son cada vez más difíciles; y pide impuestos sobre esos “excedentes”, en otras palabras, podría disminuir considerablemente el flujo de efectivo (que ya era poco) de las organizaciones de la sociedad civil y en el peor de los casos, hacerles perder la donataria, cerrándoles las puertas así a un abanico de oportunidades de donaciones y apoyos nacionales e internacionales.
Pero, ¿por qué esto es relevante?
De poco más de 44 mil organizaciones de la sociedad civil que existen en México, solo 8 mil son donatarias autorizadas. ¿Qué es esto? Tienen la capacidad de emitir recibos deducibles de impuestos por los donativos que reciben para cumplir su objeto social, su causa. Esta causa puede ser desde medicamentos y atención hospitalaria, bancos de alimentos, asilos de ancianos, casas hogar, becas para todos los niveles de educación, apoyo a jefas de familia, educación sexual, conservación del medio ambiente o promoción de la cultura, entre otras. En otras palabras, lo que hacen las organizaciones de la sociedad civil (OSC) va mucho más allá de lo que “no hace el gobierno”.
Las OSC apuestan por el desarrollo y su trabajo no tiene que ver con quién está en el gobierno o no. Su trabajo tiene que ver con lo que necesitan las personas realmente, más allá de otro tipo de intereses.
Hablemos un poco más de números, el tercer sector (las organizaciones de la sociedad civil) aporta el 2% del PIB, es decir, 2.6 millones de personas están involucradas de alguna forma (empleo formal o voluntariado) con actividades de la sociedad civil organizada.
Por otro lado, las OSC son un contrapeso muy importante para las acciones de gobierno, monitorear qué hace, pero sobre todo qué deja de hacer. Dejarlas sin los recursos suficientes para operar es un dejarles el camino más sencillo a los tomadores de decisión públicos.
En estos meses de pandemia, cada vez es más complicado reunirnos y opinar sobre lo que esta ocurriendo. Aunque queramos o no, nuestras libertades de asociación y de expresión han ido disminuyendo con el paso del tiempo. Pareciera que no estamos ahí, porque debido a la pandemia, estamos en casa. Esto es muy preocupante en términos de la democracia en México.
¿Qué podemos hacer? escríbele a tu Diputado o Diputada y a tu Senador y Senadora, un correo electrónico un post en redes sociales, un mensaje. Hazle saber de la importancia que tienen las OSC en tu ciudad, en tu comunidad. Hazle saber que los Ciudadanos de Tiempo Completo somos más y sí sabemos (y entendemos) lo que están intentando hacer con la reforma a la Ley de ISR. Los únicos que podemos ayudar a las OSC (como ellas han ayudado tanto) somos nosotros, los ciudadanos, haciendo que les “cueste más caro” su voto a favor de esta reforma.
¿Asumes el reto? #CiudadanosdeTiempoCompleto