'Sentadas en la penumbra de la banca del parque': ¿Una carnita asada o un espejo de nuestra realidad?
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'Sentadas en la penumbra de la banca del parque': ¿Una carnita asada o un espejo de nuestra realidad?
¿Una cervecita, compadre? Te dice un hombre con grueso acento norteño, botas, sombrero y cinturón con una hebilla gigante. La aceptas, ya hay más gente reunida, hace calor, pero ventea fresco; la tarde amerita una bebida para acompañar al teatro.
Con este performance el grupo Tasajillo Teatro abre la función de su obra “Sentadas en la penumbra de la banca del parque”, con funciones todos los domingos de mayo en Foro Amapola. La puesta se presenta al aire libre, en la explanada frente al auditorio ubicado en el 520 del bulevar Jesús Valdez Sánchez, tanto para ofrecer una experiencia con sana distancia como para poder llevar a cabo una buena carnita asada.
No hay tercera llamada, los dos compadres, Juan y Polo, que reciben al público en la entrada solo avisan que ya es tiempo de preparar el asador e invitan a todos los presentes a pasar al patio donde se llevará a cabo la reunión. Ahí ya espera Imelda —la esposa de Juan, el organizador de todo—, lista para cortar salchichas y poner música —la que él quiera—. Mientras ella trabaja en segundo plano ellos platican, ruidosos como son, sobre otras mujeres, hasta que llega la cuarta invitada, Chayo, quien solo quiere divertirse con su amiga, pero Polo quiere hacerla suya.
Esta obra, que podría ser considerada una especie de comedia negra, retrata una velada cotidiana para los saltillenses. La bebida, la comida, las pláticas, los invitados, la música, todo está ahí, todos hemos participado en una carnita asada así, pero al estar en escena, al ser retratada en el contexto teatral, los comentarios y actitudes de los personajes, en especial de los hombres, que en circunstancias más íntimas pasaríamos por alto aquí revelan su oscura verdad.
Son muchas las risas que provocan en sus papeles los actores Raúl Bustos (Juan), Fortino Hurtado (Polo) y las actrices Celestina García (Imelda) y Cecilia Vázquez (Chayo), con sus chistes y desventuras, pero conforme avanza la puesta queda más clara su intención.
Anclada en su realismo la obra funciona como una suerte de espejo, donde quien no se reconoce a sí mismo o sus actitudes sin duda conoce a alguien que sí se comporta de esta manera. No es panfletaria, en ningún sermonea sobre lo que está bien o está mal; incluso al final, cuando los giros de la trama afectan por completo a la amena reunión, se mantiene fiel a su postura de mostrar la realidad y delega toda clase de juicio al espectador.
El machismo, la misoginia, la homofobia y la violencia de género se hacen presentes a lo largo de la historia y a través de guiños a obras de la cultura popular de Saltillo, como el corrido de Rosita Alvírez o la leyenda de La Delgadina, arraigadas en el imaginario local sin mayor cuestionamiento, alude a la presencia de estas problemáticas en nuestra sociedad desde hace mucho más tiempo del que podríamos considerar.
Si bien algunos de los escenarios que suceden en la obra corren el riesgo de seguir normalizando actitudes nocivas, de nueva cuenta, y como muestra de lo bien hecha que está la obra, el contexto y su estructura llevan todos estos detalles a una misma conclusión a partir de la cual parte la reflexión.
Por eso es que entre tantas risas, “Sentadas en la penumbra de la banca del parque”, también incomoda. Tasajillo Teatro, con esta propuesta, hace honor a su nombre y se convierte en una espina difícil de quitar y la obra en una opción ideal para ir al teatro después de un año de encierro.
Creada con el apoyo La Vaquita 2019, organizado por el grupo de teatro Vaca 35 y el Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales del Gobierno de México, esta obra tiene aún funciones los días 16, 23 y 30 de mayo del 2021 en Foro Amapola a las 20:00 horas, por un costos de 200 pesos por persona —que incluye una cerveza— y con reservaciones al 844 870 90 34.