Charles de Gaulle, el último de los grandes estadistas de la Segunda Guerra Mundial y Presidente de la inmortal Francia dijo: “La política es un asunto demasiado serio para dejarlo en manos de los políticos”.

Nuestros políticos aldeanos no saben hacer política en donde empleen estrategias inteligentes cuyo resultado se dé como éxito, sin que medie canonjías, dinero y posiciones para obtenerlo, pues en ese terreno actúan en forma empírica que en algunas remotas veces logran atinar.

El establishment, es decir, el grupo de personas que ejerció el poder bajo la batuta de Rubén Moreira, dejó algunas secuelas que todavía hacen ruido en los ámbitos de la actividad pública que operan con su influencia e imponen criterios antiguos sobre los puntos de vista nuevos.

Si no mire usted: en el Poder Judicial que inició un periodo -para terminar el de Miriam Cárdenas- con buenos resultados, algunos de sus miembros que pertenecen al establo anterior, mostraron diferencias cuya desinfección debió hacerse en casa y no salir de ese ambiente, y que ahora con la atingencia del Presidente de ese órgano de justicia debe avanzar por el camino de la higiene, de manera que la conducción siga en esas manos cuya suplencia ha constituido un acierto. Un asunto muy importante es que no se deje pasar la componenda que manchó a esa institución con el negocio de Ficrea, pues no den la apariencia de la complicidad.

En el Poder Ejecutivo el gabinete se formó en la primera línea por funcionarios heredados en las secretarías de mayor importancia, pues no es lo mismo manejar la política interior o las finanzas estatales que otras dependencias con cargas más livianas.

En el Poder Legislativo cuyo periodo está por terminar en diciembre último, se repartió bien la conducción en sus tres años por legisladores de diferentes partidos, pero que más bien parecieron de uno solo con ausencia de un contrapeso privilegiando la amistad acompañada de alguna prebenda.

Unos días antes de que la nueva legislatura inicie sus trabajos, concluirá la primera mitad del sexenio e iniciará la segunda y última mitad del periodo gubernamental, momento en que es necesario evaluar los años que se dejaron atrás, pues recordemos que los primeros meses, tal vez los tres años las influencias pasadas hicieron presencia en esta administración.

El resultado cualitativo puede ser el resultado de la evaluación cuantitativa en términos generales, pues en los tres primeros años la suma de los presupuestos ronda los 145 mil millones de pesos entre todos los renglones, incluyendo participaciones municipales, universidades, órganos autónomos, descentralizados, apoyos sociales, sueldos y salarios, en fin.

Quedará otros tres años con cantidades más o menos iguales lo que se haría ya una evaluación del sexenio. Una vez que de vuelta el año, llegarán una serie de eventos políticos en donde habrán de manejarse con destreza tal, que aseguren contiendas democráticas para que no haya dudas sobre el resultado.

¿Quién va a decidir las elecciones en el 2021? Pues el gobernador, en nuestro caso seguramente tendrá asesores priistas. Si se quiere tener buenos saldos me parece que no es conveniente escuchar al Presidente Estatal de su partido, ni a Eduardo Olmos cuyos antecedentes es la derrota.

Es importante tener primero una percepción de la ciudadanía que arroje que la imagen de los candidatos elegidos para la diputación local salidos de la presente administración estatal, basaron la confianza en el gobernador que es el que selecciona. La respuesta deriva si se cumplió con las demandas de la gente, y recurrir a estadísticas históricas para saber los votos que se necesitan para ganar. Por último se debe dejar claro lo que se desea comunicar a los votantes mediante el uso de los medios.

Alrededor de dos meses estaremos emitiendo nuestro voto, y el partido político del gobernador por lo que se ve, sus candidatos a una diputación local al parecer carecen de la fuerza que se necesita para obtener en triunfo en algunos distritos.

Veremos, pues el éxito de la elección dará la oportunidad para que el camino al terminar la administración pública del Estado y su conductor lleguen a la meta sin raspaduras. A veces muy profundas.

Se lo digo EN SERIO.

franciscoaguirreperales@gmail.com

@aguirreperalesf