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Señalan que Federación conocía impacto de crisis energética
CDMX.- La crisis energética que México padece por gas natural y electricidad sólo era cuestión de tiempo. De acuerdo con información recabada por Proceso, desde 2018 el Gobierno federal sabía que la escasez ocurriría, pero optó por los proyectos insignia de su administración, como la refinería de Dos Bocas.
La carencia de gas natural en territorio mexicano, luego de que el gobernador de Texas, Greg Abbott, restringió las exportaciones para proteger el consumo local, no será la primera emergencia de ese tipo que enfrente la economía nacional a causa de la creciente dependencia del combustible que se produce en el extranjero.
Tampoco solo serán los factores climáticos los que obliguen al Cenace a solicitar futuras reducciones de consumo de gas y, con ellas, cortes en el servicio de electricidad en el País.
Pese a que la CFE, encabezada por Manuel Bartlett Díaz, invirtió en 19 mil kilómetros de ductos para importar gas natural desde Estados Unidos, se está cumpliendo el plazo para que las nuevas plantas de gas natural licuado estadunidenses entren en operación entre 2021 y 2022 y, con ello, se cierre la ventana de oportunidad para nuestro país.
Cuando esas plantas comiencen a funcionar, Estados Unidos podrá exportar el energético a todo el mundo y México dejará de ser su principal cliente, obligándolo a competir por el precio y disponibilidad ante otros países, explican a Proceso expertos y exfuncionarios del sector energético.
Un documento elaborado por Banxico establece que entre el segundo trimestre de 2012 y hasta la segunda mitad de 2013 la restricción de gas para el sector manufacturero representó una caída anual de 0.28 puntos porcentuales del PIB, concluye que los niveles de pobreza registrados en 2013 estuvieron relacionados con los apagones.
Según Proceso, en el comienzo del gobierno de López Obrador, su entonces titular de la Oficina de Presidencia, Alfonso Romo, recibió información sobre el riesgo en el que el sector industrial mexicano y la CFE se encontraban ante una eventual reducción del suministro de gas natural por parte de Estados Unidos, pero, sobre todo, ante el incremento en los precios de esta molécula que ahora, durante la crisis de Texas, pasó de 2.5 a 200 dólares en un par de días.
Ni Rocío Nahle, titular de Sener, ni Manuel Bartlett, director general de CFE, asistieron a las reuniones con el equipo de transición de Peña Nieto que detallaban la estrategia de empresas que participaban en la industria del gas natural.
“No había mucho interés”, dijo un exfuncionario de la Secretaría de Energía. Con información de Proceso