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Semana crucial

Este miércoles 30 de noviembre, la Secretaría de Hacienda tendrá puesta la mirada en dos frentes paralelos que los mercados estarán siguiendo muy de cerca, ya que determinarán en buena medida la orientación de la política económica en el corto y mediano plazo.

Ese mismo día el Inegi estará divulgando la estimación oportuna del Producto Interno Bruto correspondiente al tercer trimestre del año, siendo que la cifra revisada se dará a conocer el 25 de noviembre. Dadas las cifras del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) que ya han salido para los meses de julio y agosto, es de esperarse que de nueva cuenta tengamos un crecimiento cercano a cero.

De confirmarse lo anterior y por muy optimista que resultara una recuperación en el último cuarto del año, tendríamos que el crecimiento para todo el 2019, andaría alrededor del 0.5%, si bien nos va.

La cifra que se dé a conocer el miércoles reviste de importancia especial, toda vez que el día siguiente -jueves 31- es el plazo legal que tienen los senadores para aprobar la Ley de Ingresos de la Federación, con todo y los supuestos macroeconómicos que ello conlleva.

Como sabemos, ni la Cámara de Diputados ni ahora el Senado han querido moverle a las estimaciones contenidas en los Criterios Generales de Política Económica. Aunque mucho se les ha cuestionado por las proyecciones optimistas que mantienen sobre el PIB para el próximo año, lo cierto es que ni Hacienda ni los legisladores del partido gobernante han cedido ni un centímetro en ese tema.

Incluso cuando el mismo Arturo Herrera sale a atajar los cuestionamientos en relación a la sobrestimación de las cifras de crecimiento contenidas en el Paquete Económico, es muy notorio el esfuerzo sobrehumano que realiza para tratar de convencer de que si es posible alcanzar esa meta, aunque en el fondo sus argumentos carezcan de realismo.

Quizá por lo mismo Hacienda, insista a toda costa en mantener la propuesta de superávit primario de 0.7% para el 2020. Seguramente están conscientes que eso será un ancla a la cual van a tratar de aferrar la embarcación cuando las fuertes vientos de la desaceleración, si no es que recesión, empiecen a poner en peligro la calificación crediticia soberana.

A la par los inversionistas - y más específicamente las calificadoras -, estarán monitoreando de cerca las reacciones de las autoridades económicas. De confirmarse un mal dato en la estimación oportuna del PIB este miércoles, combinado con una aprobación de la Ley de Ingresos el jueves que siga basándose en un estimado de crecimiento de 2% del PIB para el siguiente año, será cuestión de tiempo para un eventual recorte de la nota crediticia del país y quizás de Pemex.

Economista y Catedrático de la Facultad de Economía de la UAdeC