Torreón, Coahuila. El alcalde Miguel Ángel Riquelme Solís se reservó emitir opinión sobre los pagos de la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado a presuntas empresas fantasma, sino hasta que se aclaren las cosas.

En la proveeduría local, en ocasiones hay domicilios fiscales que no son donde las empresas tienen sus operaciones y eso es precisamente lo que se tenga que esclarecer.

El cuidado que debe tener la Contraloría local es verificar la veracidad de la información que proporcionan los proveedores.

En el caso del municipio, desde el inicio de su gestión, se ordenó una revisión del padrón de proveedores, en la que muchos fueron dados de baja, porque su domicilio fiscal no coincidía lo que estaba suministrando.

Cualquier ente público tiene riesgo dentro de su propia proveeduría, pero la transparencia obliga a exhibir cuentas y el Ayuntamiento de Torreón tiene publicada la lista de los cheques expedidos cada uno de ellos.

Se acostumbró mucho que los productos de limpieza que adquieren entidades públicas son hechos en casa, se dan de alta con un domicilio, pero realmente la producción la tienen en una casa particular, son situaciones que a lo mejor no tienen dolo, pero a la luz pública no es lo correcto.

Lo relevado el día de ayer en que medios de comunicación difundieron que el Gobierno de Coahuila paga decenas de millones de pesos del erario a empresas inexistentes, Riquelme dijo que a nivel local la revisión al padrón de proveedores se hace de manera sistemática y se depuran aquellos que no cumplan con los requisitos.