Se recuperaron empleos en México durante la pandemia, la mayoría son eventuales y mal pagados
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Se recuperaron empleos en México durante la pandemia, la mayoría son eventuales y mal pagados
El Presidente Andrés Manuel López Obrador ha reiterado que por fin se detuvo la destrucción masiva de fuentes de trabajo a causa de la pandemia y que ya se han creado nuevos empleos formales.
Es “una lucecita que indica que vamos a salir del túnel”, ha dicho el mandatario.
Sin embargo, más del 80% de trabajos recuperados en el último tramo de la pandemia de COVID se ubica en el grupo de salarios bajos, y casi la mitad de nuevos empleos son eventuales, de acuerdo con un cotejo de cifras oficiales elaborado por Animal Político.
En julio comenzó a haber registros de creación de fuentes de trabajo formal. De ese mes a noviembre -la cifra más recientes disponible en el portal del IMSS- se crearon 555 mil 600 nuevos empleos.
El 41% de esos puestos de trabajo -230 mil 351- son eventuales, y el restante 59% -325 mil 249- corresponde a empleos permanentes.
Esto significa que, prácticamente, 1 de cada 2 personas que se incorporaron al mercado laboral entre julio y noviembre tienen contratos con los que no generarán antigüedad, lo que perjudicará su jubilación, además de que no recibirían ninguna compensación por el término de la relación laboral.
Y si bien tienen acceso al seguro social, pierden otros derechos, como el pago de utilidades de las empresas donde laboran o la posibilidad de formar un sindicato para defenderse de abusos laborales.
El hecho de que el 41% de los trabajos creados durante esta pandemia sea por contrato eventual impone un récord. Por ejemplo, entre julio y noviembre de 2019, sólo el 28% de nuevos empleos fueron eventuales, mientras que, en el mismo periodo de 2018, la cifra fue aún menor: 22%.
Héctor de la Cueva, coordinador del Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CILAS), señala que hay una “ficción” en el discurso triunfalista de la creación de empleos, porque dichas fuentes de trabajo son precarias, benefician a los patrones y consolidan la inestabilidad laboral.
“Más que generarse empleos, se recuperaron. Pero hay mucho de ficción en eso, porque en realidad no se han recuperado los mejores empleos, es decir, los empleos que gozaban de mayor estabilidad o de mayores condiciones salariales o en prestaciones, no se han recuperado, se ha recuperado alguna parte. (La mayoría) son empleos marcados por la inestabilidad, la precariedad, la falta de contratación colectiva”, afirma en entrevista.
Señala que hay patrones que eluden basificar a sus trabajadores y en cambio les renuevan permanentemente los contratos temporales para abaratar costos.
“Los empleos que está generando el sector privado, y de alguna manera el sector público, son eventuales, pero no como los de antes, en los que (los trabajadores) tenían la esperanza de ser contratados como permanentes, sino que son permanentemente eventuales”, expone el especialista.
Afirma que, a la larga, estas contrataciones precarias no sólo perjudican la vida de los trabajadores y sus familias, sino que también tienen impactos negativos en la economía interna del país.
“No impulsan a la economía porque no están generándose empleos que puedan tener un efecto económico de crecimiento del consumo interno, del ahorro. Colocan a los trabajadores, a la gente que busca empleo, en una situación de precariedad, de resignación a solamente tener un ingreso, independientemente de cualquier expectativa de jubilación o de pensión digna”, indica.
Mal pagados
Ocho de cada 10 trabajadores incorporados al mercado laboral entre julio y noviembre percibe un sueldo bajo.
El 83% de las fuentes de trabajo recuperadas en ese periodo, equivalente a 461 mil 570 empleos, paga a los trabajadores de una a seis UMAS como salario diario.
Para ilustrar, el valor de la UMA vigente en 2020 fue de 86.88 pesos. Un trabajador que percibe el salario diario de una UMA gana al mes 2 mil 606 pesos. Por seis UMAS son 15 mil 638 pesos mensuales. Menos impuestos.
En el grupo de los sueldos bajos, el rango de quienes ganan un salario diario de tres UMAS es el más numeroso: 156 mil 544 trabajadores, el 28% del total, tienen un ingreso mensual de 7 mil 819 pesos, menos impuestos.
Les sigue el rango de quienes perciben cuatro UMAS diarias: 136 mil 906 personas, el 25% del total, ganan 10 mil 425 pesos mensuales, menos impuestos.
En contraste, son drásticamente menos los nuevos empleos ubicados en los grupos salariales mejor pagados.
Por ejemplo, entre julio y noviembre se crearon 57 mil 662 puestos de trabajo que perciben entre siete y 12 UMAS diarias (10% del total de empleos). En este grupo, los trabajadores ganan de 18 mil 244 a 31 mil 276 pesos mensuales.
En el rango de 13 a 19 UMAS se crearon 15 mil 044 empleos (3% del total). Se trata de sueldos que van de los 33 mil 883 a los 49 mil 521 pesos al mes.
Por último, en el rango salarial más alto, de 20 a 25 UMAS, se crearon 18 mil 612 puestos de trabajo (3%). A estos trabajadores se les paga de 52 mil 128 a 65 mil 160 pesos mensuales.
Para Héctor de la Cueva, es alarmante la creciente base laboral ubicada en el rango de los salarios bajos, debido a que contribuyen a la vulnerabilidad del total de los trabajadores y los ponen a merced de abusos patronales.
“Esto se traduce en debilidad incluso para los que tienen un mejor trabajo, porque, evidentemente, entre más trabajadores desempleados, subempleados, precarios o inestables hay, más es la presión para que los trabajadores que tienen un empleo acepten peores condiciones de trabajo. ¿Cómo pueden pelear mejores condiciones de trabajo, si hay millones de trabajadores que están buscando un empleo? Repercute en la precarización del conjunto del trabajo en México”, afirmó el coordinador del CILAS.
Agregó que el hecho de que sea tan menor la proporción de trabajadores ubicados en el rango de los mejores salarios es también un síntoma de que no se han aumentado de manera sustantiva los salarios profesionales, un problema que afecta principalmente a los trabajadores jóvenes.
“Los jóvenes están condenados a tener empleos precarios. Ya de por sí estaban condenados a estar de chambita en chambita, empleos precarios e inestables, sin la esperanza, como sus papás o sus abuelos, de efectivamente generar antigüedad y algún día poder jubilarse. La mayoría de la juventud conoce sólo el empleo precario e inestable; es una condena terrible para los jóvenes, no sólo para los jóvenes sin preparación, sino que una gran cantidad de jóvenes con estudios andan en estas chambitas. El chambismo, las chambitas inestables, se han estado convirtiendo en la norma”, refirió el especialista.