De acuerdo con restauranteros del Centro Histórico de Saltillo, con las nuevas restricciones en donde se prohíbe abrir después de las 23:00 horas los sábados y no abrir los domingos, sus ingresos se reducen de un 15 a un 30 por ciento.

A casi dos meses de comenzar con la reapertura económica, el alza en contagios de COVID-19 llegó a niveles críticos impulsada en parte por la falta de responsabilidad de un sector minoritario del gremio restaurantero, al menos así lo señaló en un comunicado el Subcomité Técnico Regional COVID-19 Sureste de Coahuila.

Debido a este aumento y al recibir reportes de la ciudadanía sobre lugares que no respetaron las recomendaciones sanitarias, aglomerando más personas de las permitidas e incluso realizando bailes, dicho subcomité decidió imponer nuevas restricciones.   

Dentro de las nuevas reglas se encuentra cerrar a las 23:00 horas los sábados y no abrir los domingos, días que significan un porcentaje en los ingresos para este sector económico.

Por lo anterior, miembros del sector restaurantero manifestaron su inconformidad, señalando que por unos pocos locales irresponsables la tengan que llevar todos. Además, sugirieron respaldar este tipo de decisiones con información técnica dejando claro qué tanto influye de manera real la apertura comercial de este sector. 

“Con esta nueva apertura, al menos en el Centro Histórico los días más fuertes son precisamente el fin de semana. El viernes y el sábado son los días más fuertes, de hecho con la reapertura con la nueva normalidad se ha acentuado más el públicos los fines de semana.

“Es muy notorio que la gente sale a cenar o a tomarse una cerveza viernes y sábado. Sí representan una reducción del 60 por ciento de los ingresos del sábado y ya comparándolo con la semana, equivale a un 30 por ciento”, señaló Sergio Castillo, dueño del Cerdo de Babel y miembro de Movimiento de Empresarios Socio Culturales del Centro Histórico de Saltillo.

Castillo recomendó que este tipo de decisiones deben estar respaldadas por información más técnica, ya que dicho comunicado oficial no deja claro cuánto influyen realmente los bares en el aumento de contagios, a diferencia de la apertura de la industria.

“Debería de tener más información técnica. La verdad que no nos ayuda a nadie. Ni a los ciudadanos ni a los propietarios de establecimientos ni a la propia autoridad. Sería muy bueno tener la información técnica de cuánta gente se ha contagiado realmente por irresponsabilidades. Seguramente los tienen pero no lo sabemos. Sería bueno saber el comportamiento social de la gente que se ha enfermado. Lo que hemos visto es que en la industria sí hay brotes, y de eso no se habla”, señaló Castillo.

POR UNOS POCOS, LA LLEVAN TODOS

Actualmente, los establecimientos miembros del Movimiento Empresarios Socio Culturales del Centro Histórico son una fuente de empleo para alrededor de 350 personas, de acuerdo con Bere Meza, dueña del Café Flor y Canela y quien lamenta la situación. 

“En ese aspecto sí me afecta directamente. Me siento frustrada. Por algunos cuantos nos afectó a todos. Nosotros tratamos de cumplir con las reglas. Algunos no los están cumpliendo. De por sí ya está complicada la situación. Nosotros estamos trabajando al 50 por ciento de nuestra capacidad y para todavía cerrar un día, es una situación frustrante”, reclama.

En este caso, estos nuevos impedimentos representan para este establecimiento una pérdida del 15 por ciento del ingreso mensual. Bere es de los empresarios que evitó realizar recortes de personal durante la pandemia.