¿Se puede normalizar una relación de pareja a distancia?

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¿Se puede normalizar una relación de pareja a distancia?

El roaming y las vídeollamadas son una buena alternativa para no perder el contacto y la complicidad

En la situación actual de desplazamientos de trabajo o estudios, nos vemos obligados cada vez más a recurrir a una relación de pareja a distancia, al menos de manera temporal.
 
La buena noticia es que en un mundo en mayor medida globalizado y con importantes avances en el campo de la tecnología, los transportes y las comunicaciones, es más fácil llevar una relación a distancia.
 
El roaming y las vídeollamadas por Skype y otras plataformas de Internet, aunque, evidentemente, no suplen muchas necesidades de afecto, son una buena alternativa para no perder el contacto y la complicidad.
 
No todo el mundo está preparado
 
La distancia es un factor muy importante, pero no siempre tiene que ver con el fracaso: “Hay parejas que saben llevar bien esa distancia y sacar lo necesario para mantener una convivencia, aunque no tan estrecha como antes”, afirma Sergio García, profesional del Colegio de Psicólogos de Madrid.
 
Es el caso de Alba, que a sus 26 años ya ha vivido dos relaciones a distancia. La primera, entre Madrid y California, duró cuatro años; una experiencia que, afirma, le parece ahora una locura: “No todo el mundo está preparado para ello, hay que tener unos objetivos claros, un plan y ser fuerte”, explica Alba, que ahora mantiene una nueva relación Madrid-Soria.
 
Aspectos positivos
 
Este tipo de relaciones se perciben socialmente como una sentencia para la pareja, que está condenada al fracaso. Esto provoca miedo y frustración, pero, aunque a priori parezca lo contrario, también puede resultar beneficioso para la convivencia.
 
“Cada uno va a tener su espacio individual, no se va a sentir colapsado o invadido por el otro y este es uno de los factores que en ocasiones destruye las relaciones porque sienten que, de alguna manera, han perdido su individualidad y ya no pueden hacer lo mismo que hacían antes”, explica Sergio García.
 
Con una llamada diaria y visitas cada cierto tiempo, las dos personas mantienen su complicidad, al tiempo que llevan una vida totalmente independiente, por lo que siempre tendrán algo nuevo que contarse.
 
De acuerdo con este experto en Psicología, la pareja se esfuerza más en cuidar la comunicación porque “es como si nos hubiesen puesto un muro que hay que romper y eso hay que trabajarlo día a día”, expresa.

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La distancia tiene que ver con el afecto
 
“Nos han enseñado que hay un periodo de noviazgo en el cual cada uno vive separado y que el fin es unirse y tener una convivencia. Cuando de repente esto salta por los aires porque hay una relación a distancia, tenemos que olvidarnos de todo lo aprendido”, sostiene el psicólogo.
 
La comunicación debe ser lo prioritario y para ello recomienda no perder ese “feeling” con el compañero o compañera sentimental para poder seguir dentro de ese proyecto en común, compartiendo ciertas aficiones que hacen que la relación sea factible.
 
La distancia también puede ser un buen pretexto social para terminar una relación porque todas las personas de alrededor van a entender esa ruptura, incluso algunas la veían venir.
 
“No es la distancia en kilómetros -aunque también puede ser una cuestión a tener en cuenta- es la distancia afectiva, cuando la otra persona ya no me entiende y de repente tiene unas aficiones o un proyecto común diferente al mío”, declara Sergio García.