Tres historias diferentes, pero con cimientos muy similares, son la que cuenten tres tienditas de barrio ubicadas en la Zona Centro de Saltillo, comparten además de su cercanía, su origen familiar que al día de hoy aún las mantiene en pie.

No es una caja registradora la que suma cuentas, es un calculadora o un lápiz con papel, el que lleva el control, no son clientes, son vecinos quienes llegan a ellas, algunos acompañados por una lista de lo que necesitan y una cuenta del fiado.

LA TIENDA DE ‘DON PEDRO’
Ubicado en la esquina de las calles Luis Gutiérrez y Salazar, la tienda de Don Pedro, tiene ya 53 años funcionando, Pedro Pérez recuerda que cuando era niño, cuando su papá Pedro se fue a trabajar a la mina, con sus hermanos se quedó en la ciudad para seguir con sus estudios.

Por ello, su madre, Consuelo Guevara, para que sus hijos se mantuvieran ocupados y no anduvieran en la calle de traviesos, instaló primero un estanquillo, sin embargo, al negocio le fue tan bien, que luego rentó un local y llegaron a ganar más de lo que su esposo obtenía en la mina.

Luego sus papás se encargaron de la tienda, los hijos hicieron sus vidas y hasta hace 8 años, Pedro Pérez Guevara, quien es arquitecto y se dedica a la construcción, decidió “regresar a lo mío”, para atender la tienda de sus padres.

Hoy acuden a la tienda clientes ubicados desde un inicio, así como algunos de sus nietos, el trato dice es personal, conoce sus gustos y busca tener los productos a precios más baratos, pues dice que a excepción de la Coca Cola y los cigarros, todo lo demás es más caro en un Oxxo.

“Trato de seguir la escuela que me dejaron mis padres, administrarlo bien y ahí va funcionado”,  aunque reconoció que también como tiendas, es importante organizarse para comprar al mayoreo y conseguir los mejores precios.

MISCELANEA ‘LUPITA’
En Salazar y Mixcoac, se encuentra la Miscelánea Lupita, aunque descartó dar su nombre, su propietario comentó que fue su esposa quien inició con la tienda de abarrotes en 1971, en su caso, trabajó como operario en una planta local, sin embargo, luego de 10 años cuando quedó desempleado empezó a trabajar en ella.

Contaba con la experiencia, pues cuando era niño desde los 7 a los 13 años, mientras estudiaba, trabajó en otra tienda de abarrotes; en el caso de Miscelánea Lupita, comentó que antes de que comenzaran las tiendas de convivencia, fueron años mozos para la tienda de abarrotes, luego entraron los súper; se convirtieron en estanquillos porque entraron los “supers”.

“Una despensa en estas tiendas ya no la hacen, porque tienen bonos, mayores ofertas, aquí única y exclusivamente la utilizamos como estanquillo y estamos muriendo aún como estanquillo por esa gran competencia y por los impuestos que por todos lados llegan”, aseguró.

Agregó que las tienditas de abarrotes son fijas y por ello, son “ojos de huracán” o están cautivos para que los sigan gravando, asimismo estimó que quedan mil tienditas en la ciudad, cuando llegaron a ser hasta 10 mil, solo en Saltillo.

FRUTERÍA ‘OBREGON’
En la esquina de Obregón y Luis Gutiérrez, se ubica la Frutería Obregón, el encargado Julio Fuentes Ibarra, comentó que hace 12 años su padre, al jubilarse como maestro, decidió poner un negocio.

Les iba bien con el negocio, aunque un poco menos cuando hace tres ó cuatro años, empezó a llegar las tiendas de conveniencia.

De acuerdo datos que compartía de la Dirección de Fomento Económico:
> 32 mil unidades económicas existen en Saltillo
> 700 negocios se han inscrito al programa ‘Cómprale a Saltillo’
> 1 tienda de conveniencia cierra 35 tienditas de barrio
> 6 negocios de conveniencia genera y cierra 60 de las tienditas
> Mil tiendas de conveniencia nuevas abren al año, y genera 6 mil empleos
> 35 mil tienditas de barrio cierran y se pierden 60 mil empleos
> 70% de los empleos son generados por PyMEs