Se han detenido a 3 mil por usar uniformes del Ejército

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Se han detenido a 3 mil por usar uniformes del Ejército

Foto: El Universal
Usurpaban funciones o tenían insignias falsas, según PF y PGR; lideran Tamaulipas y CDMX índice de arrestos en nueve años.

Ciudad de México.- Sobre la superficie abrupta y semiárida de Ciudad Victoria, Tamaulipas, se desplaza lentamente un reptil de piel café oscura con pigmentos negros y una corona de cuernos sobre su cabeza. Como método de defensa tiene un escudo de espinas que rodea su cuerpo ovalado de 12 centímetros. Si falla, lo alterna con su arma secreta: un chorro de sangre que lanza por las comisuras de los ojos hasta un metro de distancia en contra de sus depredadores: coyotes, zorros y perros.

El falso camaleón o lagarto cornudo, endémico de Estados Unidos y México, tiene otro sistema de protección: quedarse inmóvil y cambiar al color que asemeja la superficie donde se para. Así se camufla y engaña a sus depredadores. En el país existe otra especie con esta misma característica: la delincuencia organizada, que opera con uniformes originales y apócrifos de corporaciones policiacas y del Ejército para burlar a las autoridades y acechar a la ciudadanía.

En los últimos años, el crimen organizado ha buscado nuevas formas de operar, que van desde el uso de uniformes originales o apócrifos de las fuerzas de seguridad, hasta la cooptación de elementos policiales o del Ejército —en funciones o que han sido dados de baja—, de acuerdo con Simón Vargas Aguilar, consultor en seguridad, justicia, política y educación.

“Es una forma que les permite operar con mayor impunidad (...) Para la delincuencia, usar una patrulla clonada y uniformes les permite moverse y evadir [a las autoridades] con mayor facilidad”, dice el experto.

El lugar donde habita el falso camaleón es Tamaulipas, uno de los estados en donde, de diciembre de 2006 a diciembre de 2015, han sido detenidas algunas de las 2 mil 982 personas en posesión de prendas tácticas presumiblemente de alguna institución policial o castrense, al igual que usurpando funciones públicas con el uso de condecoraciones, uniformes, grados jerárquicos, divisas, insignias y siglas de autoridades encargadas de la seguridad, de acuerdo con documentos de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Policía Federal (PF), obtenidos vía transparencia, en poder de EL UNIVERSAL.

Tan sólo en los últimos nueve años, la PF detuvo a mil 254 personas en posesión de prendas apócrifas. El mayor número se registró en Baja California, con 153; Tamaulipas, 122; Michoacán, 93; Nuevo León, 91, y Chihuahua, 89. En tanto, de las mil 728 de la PGR, la suma más grande la reportó la Ciudad de México, con 529; luego Tamaulipas, con 220; Chiapas, con 210; Jalisco, con 103; Baja California, con 62, y el Estado de México, con 60.

En estas zonas operan Los Zetas y los cárteles del Golfo, de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, de Juárez, La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios, entre otros, de acuerdo con el informe 2015: Resumen de la evaluación de la amenaza nacional de drogas, de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés). Aunque en la Ciudad de México el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, ha negado en reiteradas ocasiones que grupos del narcotráfico operen en la capital, a pesar del registro de crímenes recientes en las delegaciones Benito Juárez e Iztapalapa.

Los delincuentes se han convertido en un falso camaleón, pues al camuflarse actúan de manera impune en el territorio nacional, como lo hacían en el kilómetro 34+000 de la carretera México-Veracruz seis personas —dos de ellas mujeres— vestidas con uniformes falsos y credenciales apócrifas de la PF, quienes presuntamente realizaban asaltos a transportistas. Tras una denuncia, fueron detenidas a bordo de una camioneta robada tipo Pick Up, en poder de tres armas cortas, seis cargadores y 61 cartuchos de diversos calibres, en noviembre de 2015.

Vargas Aguilar comenta que ha habido muchas denuncias de personas que dicen: “Es que quien vino a secuestrar a los muchachos o a las personas fueron elementos del Ejército o de la Marina, de la Policía Federal”. Entonces la gente se lo atribuye a la autoridad, “que ellos fueron quienes hicieron el levantón o ese secuestro, y resulta que es el crimen organizado con uniformes apócrifos o en algunos casos originales”.