Se adelanta la llegada de sargazo a playas de QRoo

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Se adelanta la llegada de sargazo a playas de QRoo

Foto: Especial
Una de las playas de Tulum, QR, quedó llena de sargazo, lo que tomó por sorpresa a empresarios del ramo turístico y autoridades

Cancún, QR. La arribazón temprana de sargazo a las playas de Quintana Roo –se esperaba para abril– puso en alerta a empresarios y autoridades, que el año pasado fueron rebasadas por la llegada de esa alga en volúmenes nunca vistos.

En el último trimestre de 2018 se recolectaron 860 metros cúbicos de sargazo en más de 2 millones 600 mil metros cuadrados de playas públicas de Cancún, según informó la alcaldesa Mara Lezama Espinoza. Destacó que aproximadamente 100 personas limpian los arenales.

En el vecino Puerto Morelos, hoteleros y autoridades tuvieron ayer una reunión urgente para enfrentar el fenómeno. “El año pasado tuvimos meses en que no nos dimos abasto en la limpieza –comentó la alcaldesa, Laura Fernández Piña–. Entendemos que el problema del sargazo llegó para quedarse”.

Un informe basado en imágenes satelitales de la Universidad del Sur de Florida y la Agencia Estadunidense para el Espacio (NASA) advierte que la gran cantidad de sargazo que se observa en la franja centro-occidental del Atlántico es una señal alarmante para 2019. A principios de año el problema regresará y con mayor intensidad, advirtieron.

La presencia de esta macroalga café es un ejemplo del desacoplamiento de la naturaleza, producto del calentamiento global y el cambio de las corrientes; es una fotografía de la crisis ambiental, ha dicho Amparo Martínez, directora del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático

Casi desde que empezó 2018, este fenómeno –que se inició en 2015– ha cobrado intensidad. A finales de junio el gobierno federal ordenó un programa permanente de limpieza de playas públicas en siete de los 11 municipios del estado, entre ellos Benito Juárez (con cabecera en Cancún), para lo cual destinó 62 millones de pesos. Simultáneamente, hoteleros limpiaron sus frentes de playa.

A principios de abril pasado, las autoridades de Chetumal decían que cada día recogían 50 toneladas de sargazo; en junio, el titular de la Secretaría de Medio Ambiente estatal (Sema), Alfredo Arellano Guillermo, hablaba de 100 toneladas diarias en Solidaridad, mientras en Cancún se recolectaron más de 150 toneladas en cuatro meses. Nunca se dio una cifra oficial, pues en la recolección participaban la Sema, hoteleros, gobiernos municipales y hasta la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.

El gobierno estatal solicitó 200 millones de pesos y contrató empresas para contener la llegada de algas a la playa. Una de ellas, Goimar, colocó barreras de sargazo varios kilómetros mar adentro para atraparlo antes de llegar a la playa, pero como esta técnica depende de la dirección del viento y nadie previó el volumen de la arribazón, la medida fracasó y en dos meses el contrato fue rescindido.

Aunque la secretaria estatal de Turismo, Marisol Vanegas, insistía en que el sargazo no afectaba el turismo, Carlo Gosselin Maurel, ex presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún y Puerto Morelos, afirmó que la ocupación se vio mermada. Sostuvo que en agosto la ocupación hotelera fue 4 por ciento menor a la de un año antes, aunque también influyó una alerta del Departamento de Estado de Estados Unidos por la inseguridad. Casi 80 por ciento de los visitantes del caribe mexicano son estadunidenses.

Cancún aporta casi 40 por ciento de las divisas que recibe el país por turismo.

El director de Amigos de Sian Ka’an, Gustavo Mederiz, afirmó que el sargazo en descomposición produce ácido sulfhídrico, que ha provocado mortandad de peces en Chetumal, Majahual e Isla Mujeres.

Marta García Sánchez, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, explicó que ya se creó una Comisión Nacional del Sargazo para que todos los destinos que padecen el mismo problema intercambien experiencias y soluciones.

Explicó que ya hay propuestas para industrializar el sargazo, pero por desconocimiento y falta de permisos, se carece de un centro para depositarlo.