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Se acabó el 2020... Por fin
Llegó diciembre, que cierra el último trimestre de un 2020 convulso. El COVID-19 llegó para cambiarlo todo y para profundizar problemas que veníamos acarreando de tiempo atrás. Los efectos de las crisis varían de un país a otro, pero en todos ha tenido impacto y tendrá secuelas de larga duración.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en su reporte de 2019 para América Latina, pronostica un crecimiento considerable en el número de personas que enfrentan inseguridad alimentaria grave y moderada. La situación, comparada con 2014 es notoriamente negativa. Ahora con el ingrediente COVID el problema se agudizará notoriamente (Ver: Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina y el Caribe 2020).
Según este estudio, más de 100 millones de personas no tienen acceso a una dieta saludable. Existe suficiente comida, pero está pésima e injustamente concentrada. La desigualdad en el mundo y en los países del sur es indignante. En 2014, 28 millones de varones y 35.1 millones de mujeres enfrentaban inseguridad alimentaria moderada. Para el cierre de 2019 la cifra había crecido a 38.4 y 50.4 millones respectivamente. En el mismo sentido, al medir la inseguridad alimentaria grave, en 2014 había 11.2 millones de varones en esa situación y 15.9 millones de mujeres. Para 2019 la cifra creció a 18.7 y 25.8 millones respectivamente. Este injusto despropósito tuvo lugar sin pandemia, ¿qué podemos esperar ahora con el flagelo encima?
Veamos ahora a México: el cierre del último trimestre trae muy malas noticias. 391 mil empresas se han visto obligadas a cerrar y con ello se han perdido 1.14 millones de empleos. Por fortuna Coahuila se encuentra entre los menos afectados al recuperar parte de lo perdido. El sector turismo es, sin duda, el más afectado.
VANGUARDIA, en su portada del pasado jueves 3 de diciembre, haciendo referencia a los datos de Inegi, señala la quiebra del 21 por ciento de los negocios del País. El Economista, por su parte, destaca que el 47 por ciento de las micro, pequeñas y medianas empresas están en riesgo, según el mismo Inegi y prevé el cierre de más de un millón de pequeños y medianos negocios.
Millones de familias mexicanas enfrentan una tremenda adversidad. Millones también padecen las consecuencias de la pandemia en lo referente a la salud, para muchas esas consecuencias han sido mortales.
Frente a la catástrofe, el Presidente, como Trump en Estados Unidos y Bolsonaro en Brasil, opta por una realidad paralela que sólo existe en su cabeza. Frente a la magnitud del problema, prefiere negarlo por completo, menospreciarlo por atreverse a quitarle visibilidad a su inmensa egolatría.
Para México la cosa está peor. En Brasil y Estados Unidos los populistas de derecha actúan con enorme irresponsabilidad, pero reconocen los efectos económicos y siguen la estrategia mundial. La de todas las familias que enfrentan grandes crisis: se endeudan, para salir del problema, después habrá tiempo para pagar y reconstruir. López Obrador, por el contrario, continúa aferrado a su necia austeridad, típica de los neoliberales más recalcitrantes e inhumanos de la historia.
@chuyramirezr
Regresando a las Fuentes
Jesús Ramírez Rangel