Se acabaron las campañas, ¿y ahora?

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Se acabaron las campañas, ¿y ahora?

A unos días de terminar las campañas electorales, ¿con qué nos quedamos? ¿Qué dejaron estas semanas insufribles de campañas? ¿Hubo cambios en las preferencias? ¿Con qué eslogan se identificó? ¿Qué decisión tomaremos?

Se ha dicho mucho de lo trascendental de estas elecciones: que son las más importantes de la historia. Así nos lo han hecho saber los dos bloques políticos. Los que están a favor del presidente Andrés Manuel López Obrador y los que están en contra.

En un momento de polarización de la vida política y democrática, más vale pensar con la cabeza fría. Analizar pasados, presentes y futuros. Analizar intereses, formas y acciones. Analizar propuestas, promesas y declaraciones.

Espere en estos últimos días, por ejemplo, frases trilladas como “vamos a ganar”, “ya ganamos”, “le dimos la vuelta”, “ya ganamos la contienda”, “el triunfo se acerca”, “quiero que la ciudad siga creciendo”, “recorrí equis número de colonias”, “el cambio está por llegar a… (agregue municipio)”.

Pero no se quede con ellas. Al final todos dicen lo mismo cada tres años. Así como no hubo mucho nuevo en estas campañas, no podemos esperar que lo haya en el cierre.

El circo de las campañas está por concluir. El derroche y el ruido están por terminarse. Pero si le pregunto por alguna propuesta o promesa de campaña de algún candidato o candidata para dirigir el gobierno de su ciudad, o de algún candidato a ocupar un escaño en la Cámara de diputados, ¿recordará alguna? ¿Hay alguna propuesta que se haya quedado en su memoria? ¿Algo diferente a lo que siempre escucha?

La verdad es que pocos reconocen las propuestas de los candidatos a presidentes o presidentas municipales o la agenda legislativa en caso de llegar a ser diputado o diputada federal. La razón es sencilla. Primero, porque son las mismas de siempre: agua, seguridad y empleo. Que yo sí dotaré de agua, que habrá coordinación en mi gobierno para mantener la seguridad, que equiparé a las policías, que daré créditos a emprendedores y mujeres, que la generación de empleos, que habrá mano dura contra la delincuencia y un largo etcétera. Promesas sacadas cada tres años.

¿Pero qué agenda hay en materia de personas con alguna discapacidad? ¿Qué propuestas en temas ambientales? ¿Qué propuestas para atender las adicciones? ¿Qué propuestas para reducir la violencia de género? ¿Qué propuestas para atender el fenómeno de embarazo adolescente e infantil? ¿Qué propuestas para combatir la desigualdad?

En el plano de los diputados federales: ¿qué propuestas legislativas en materia de personas desaparecidas?, ¿qué propuestas para combatir la destrucción de pueblos a causa de la minería o de la extracción de material pétreo en los ríos de Coahuila?, ¿qué propuestas en materia de vivienda?

Además, atendiendo el viejo refrán de prometer no empobrece, ¿qué análisis hemos hechos como sociedad de la factibilidad, de la viabilidad de que se concreten todas esas promesas de los y las candidatas? Y más importante aún, ¿qué seguimiento haremos a esas propuestas y promesas de quien gane el próximo domingo?

Entonces, para los últimos días de campaña, profundice en la decisión de su voto (o su no voto como postura política). Pero sobre todas las cosas, exija a quien gane.

AL TIRO

Morena, el partido del Presidente, está llamando a un voto masivo por sus candidatos. Y la oposición a un voto masivo por su alianza.

Las campañas, y seguramente la intención del voto del próximo 6 de junio, se ha reducido a votar por un bloque o por otro. Por el “proyecto” de la Cuarta Transformación o en contra de ella. ¿Habrá entonces voto de castigo o voto a la continuidad?

De un lado vimos a los morenistas apostarle a la marca. A la figura del Presidente como estandarte de la propuesta y la agenda. Y en el otro bloque lo contrario. ¿Qué pasó con los partidos de nueva creación?

La clave volverá a ser la participación de la gente. Y sobre todo, la participación constante en el día a día.