Saturado y sin recursos Santuario Paraíso Gatuno

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Saturado y sin recursos Santuario Paraíso Gatuno

Amor por los animales. El Santuario Paraíso Gatuno se ubica en San Antonio de las Alazanas. 92 gatos y 37 perros hay en el Santuario. JESÚS PEÑA
Sobrevive de fondos que obtiene de rifas y subastas vía Facebook

Más huéspedes han llegado recientemente al Santuario Paraíso Gatuno, un albergue que antes acogía a los felinos abandonados, pero que ahora se ocupa también en rescatar a perros en situación de calle.

Hoy este refugio, que tiene sus instalaciones en San Antonio de las Alazanas, aloja a 92 gatos y 37 canes, y no se da abasto con los recursos de que dispone para realizar esta empresa titánica.

Hace algunos días llegaron al santuario 2 perras preñadas que los rescatistas de este asilo encontraron vagando por la plaza del pueblo y que ya dieron a luz a 14 cachorros.

“Hay muy poca cultura del cuidado de los animales entre la gente del pueblo, si hemos batallado un poquito con eso de que han venido ‘te traigo este gato porque ya no lo quiero’, y así no es la cosa”, dijo Carlos Valenzuela, uno de los fundadores de este refugio.

Comentó que a lo largo de la cuarentena se han enterado de casos de personas que han abandonado a sus mascotas por temor a ser contagiados con el coronavirus, y conocido de reportes sobre familias que han preferido echar a la calle a sus perros o gatos por motivos económicos.

“Han habido muchos abandonos, nos han reportado gatitos que ya no quieren porque se van a mudar de casas, ahorita nadie se puede mudar a ningún lado, ahí está la mentira, te quieres deshacer de tu animal…”, explicó Salvador Orta, también fundador de este albergue.

Con la crisis por el COVID-19 las donaciones bajaron y el albergue, que además se ha convertido en hogar para cotorros, conejos y gallinas, la está pasando mal.

El desempleo y la rebaja en los salarios ha provocado en estos más de dos meses los benefactores del Santuario Paraíso Gatuno la piensen dos veces antes de ayudar.

Y el asilo sigue medio sobreviviendo con los fondos que obtiene de las rifas, las subastas y las ventas que organiza vía face.

“Pero aquí estamos gracia a Dios. Teníamos un colchoncito y pos… aguantamos. Las subastas y las rifas sí ayudaron, las gentes aun estando en casa encerradas cooperaron”, dijo Carlos Valenzuela.

Al mismo tiempo hizo un llamado a la sociedad para que, lo que resta de contingencia, se haga responsable de sus mascotas y las cuide.

Y exhortó a la comunidad que tiene gusto por los animales para que apoye las actividades de recaudación de fondos que, a través de su página de Facebook, lanza la fundación.