San Pedro de las Colonias también preparaba sus autodefensas

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San Pedro de las Colonias también preparaba sus autodefensas

Tan harta y tan desesperada estaba ya la gente de San Pedro de las Colonias, Coahuila, con esto de la violencia impuesta por los narcos en las calles, que un día estuvieron a punto de formar un grupo armado, guerrilla o autodefensa, al estilo Michoacán.

No se pudo.

Pero sí, le digo que, que en San Pedro, poco faltó para que sus pobladores se integraran en una guardia comunitaria, ante la incapacidad de la Policía para protegerlos.

Las cosas se habían puesto feas con las balaceras en pleno centro del pueblo, pero además con los secuestros y las desapariciones forzadas de personas que aún no han vuelto a sus hogares.

Esto me lo contó el profe José Herminio González Leyva, un normalista de la época de la Guerra Sucia en México y hoy licenciado en Derecho.

El profe Herminio, como supondrá usted, tenía amplia experiencia en eso de la organización de grupos de defensa y ya todo estaba hablado y preparado, sólo había un pequeño gran detalle: que no tenían armas ni dinero para comprarlas.

¿De dónde iba a sacar la pobre gente de San Pedro para luchar contra los narcos, si ellos traían rifles de alto poder, granadas y todos los artefactos de muerte imaginables?

Entonces el movimiento se disolvió sin más y la gente se volvió a sus casas para resguardarse, ¿qué más podían hacer?

Me lo contó el profe Herminio una mañana que desayunábamos en un restaurante del pueblo.

Y lo contaba, viera usted, con mucha nostalgia, yo diría que con una especie de melancólica tristeza, de frustración.  Ni modo que se enfrentaran a los malandros con piedras o palos o con discursos ideológicos sobre el respeto al derecho ajeno.

Hubiera sido un suicidio colectivo.

Y ésta fuera la historia del movimiento armado que no fue.