Samuel, protector del cacique

Usted está aquí

Samuel, protector del cacique

Una de las calamidades más grandes de este País estriba en una paradoja terrible: que la principal causa de nuestros problemas consiste en las instancias diseñadas para dar solución a los mismos. Así de sencillo y catastrófico. Las inmensas burocracias constituidas en poderes, fiscalías, comisiones y órganos constitucionales autónomos sirven para maldita la cosa, para enquistar más los problemas, para hacerlos perennes, sin solución.

Un ejemplo: el de la burocracia responsable de legislar la creación de una Fiscalía General de la República y de la Fiscalía Anticorrupción. Se trata de un Poder legislativo que nos cuesta miles de millones y que no se pone de acuerdo para crear algo tan urgente y necesario.

Y a nivel local pasa lo mismo. Aquí en Coahuila las instancias anticorrupción creadas al vapor sirven para lo mismo; proteger a los corruptos. Si no fuera así, hoy muchos nuevos millonarios estarían en la cárcel y sus fortunas incautadas. Al menos Lito Ramos y Chuy Ochoa deberían estar bajo proceso penal porque no es creíble que a uno le hayan falsificado su firma y siga tan campante y que el otro no se haya percatado de tanta corrupción siendo titular de la fiscalización.

Peor aún es la apatía ciudadana que ha llegado a tal extremo que ni las buenas conciencias del Club Campestre son capaces de ejercer la justicia comunitaria de acuerdo a su nivel social, pues deberían guardar distancia y exigir la asignación de una mesa distante para los “cuñados caradura”, cercana a los botes del desperdicio o escondida en las bodegas, claro, poniéndole un buen candado a la despensa.

Y en el Congreso local de Samuel Rodríguez pasa lo mismo, pues acaban de exonerar del grave delito de violar la Constitución a Evaristo Madero Marcos, el cacique de Parras. Y esto nos lleva a pensar que el mismo poderoso protector del cacique es también el mecenas del diputado Rodríguez, pues no se entiende cómo es que con tanta violación a las leyes el Congreso local no proceda en contra del azote de los periodistas en Parras.

Y es que don Samuel nos hace recordar aquel diálogo sostenido entre los diputados Tardegarda y Onésimo Canabal en la “Silla del Águila”: “El Congreso tiene tres misiones. Una, pasar leyes. Otra, impedir que pasen. Pero la más importante consiste en asegurar que los asuntos se alarguen indefinidamente”.

Dar atole con el dedo parece ser la misión legislativa de Samuel, un profesor normalista con un éxito económico inmensurable, como otros profesores de su generación, socios de negocios inmobiliarios, de trans-porte aéreo, de cientos de camiones de carga, transporte de personal, estaciones de radio, televisión, periódicos, espectaculares, minería, constructoras, etc.

Y que nos quede muy claro que el Sistema Estatal Anticorrupción (SEA) no es más que un flatus burocrático. Otra cosa será cuando los “cuñados caradura” estén en la cárcel pagando por sus acciones y omisiones.

RIPIO

¿Se enrarece el ambiente político en Coahuila? No tarda mucho en que un periodista caiga asesinado en Parras.