Saltillo, una ciudad solidaria

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Saltillo, una ciudad solidaria

¿Saltillo es una ciudad solidaria? Hace algunas semanas, Mark Manly concluyó su representación en la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Sin duda, su trabajo generó mejores condiciones para que nuestro País, con las restricciones que existen, fuera una opción de refugio para muchas personas de origen centroamericano, principalmente.

Trabajar para las personas refugiadas no es fácil. Hacer realidad el Estatuto de los Refugiados de 1951 requiere de un modelo local de inclusión que permita asegurar una serie de oportunidades de vida digna a las personas que huyen de sus países para salvar sus vidas.

Hace algunos años conocí a Mark en Saltillo. Conocí su programa de reubicación denominado “Ciudades Solidarias” que, desde 2016, se implementa en Saltillo como un plan piloto para la integración local de personas reconocidas como refugiadas, apátridas o beneficiarias de protección complementaria. Este programa pretende la integración económica y social de los refugiados para que puedan rehacer su vida en condiciones que les permitan salir de la pobreza.

Coahuila es un estado fronterizo de los que, sin duda, tiene hoy uno de los mayores crecimientos económicos en el País, en donde el deber de trato digno a las personas refugiadas es un tema prioritario en la agenda de los derechos humanos.

Por nuestra situación geográfica y su contexto social, cultural y económico, nuestro estado es un lugar de tránsito de miles de personas migrantes que buscan mejores oportunidades de vida. En 2020, Coahuila reformó su constitución para obligar a las autoridades a generar mejores condiciones de protección a la vida e integridad de todas las personas migrantes y desplazadas.

Desde el 2016 a la fecha, Coahuila y en particular su capital, Saltillo, es parte de un programa denominado Ciudades Solidarias de ACNUR, el cual busca detonar, a partir de los mejores estándares internacionales, la mayor fraternidad y solidaridad que garantice una vida digna a las personas refugiadas que residen en nuestra entidad.

Sin duda, las personas refugiadas son un valor social para nuestra comunidad. Ellas han tenido que desplazarse de manera forzada a nuestro País para buscar refugio o asilo por razones humanitarias. La exclusión, la pobreza y la grave violencia que se vive en el triángulo norte de América Central ha generado un aumento considerable de los flujos migratorios que implican una serie de retos y desafíos para el Estado mexicano.

En Saltillo, 2 mil 096 personas residen hoy con la condición legal de refugiadas. En su gran mayoría son personas adultas que viven con sus hijos e hijas. La mayor parte son mujeres y menores. El 100 por ciento de las personas que se han reubicado en el programa obtienen en Coahuila una oferta de empleo formal en el sector de la industria, servicios y comercio. De acuerdo con datos oficiales, más del 60 por ciento han salido de la pobreza, pues antes de este programa el 73 por ciento de las personas refugiadas estaban desempleadas, sólo el 17 por ciento contaba con un empleo esporádico y sólo el 10 por ciento estaba empleado.

El ingreso promedio semanal era de ocho salarios mínimos y sus menores hijos no estaban en la escuela. Hoy, prácticamente más del 92 por ciento de las personas reubicadas están empleadas. El salario promedio semanal es de mil 485.50 pesos. El 100 por ciento de sus hijos están escolarizados.

EMPRESA DH

Este programa es una buena práctica de política pública. Es posible, además, por el compromiso social que el ramo empresarial de nuestra entidad tiene para con los derechos humanos.

Con un empleo digno las personas podemos ofrecer condiciones de alimentación, educación y vivienda a nuestros familiares. Con un empleo digno las personas refugiadas pueden iniciar de nuevo su plan de vida que, por razones injustas, tuvieron que replantear a través de su derecho a migrar.

Saltillo, por tanto, es un lugar que ofrece esas condiciones de justicia e inclusión social para el mejor trato digno de las personas refugiadas que residen en nuestra entidad. Empresas como Mabe, Lennox, Tiendas Alsuper, Grupo Hotelero, Fersinsa, Yanfeng, Lear Corporation, Club Campestre, Palliser y otros empleadores, generan buenas condiciones laborales a las personas refugiadas para poder rehacer su vida, en paz y con pleno respeto a su dignidad.

Mark nos deja un buen modelo global. Depende de nosotros ahora que el mismo se amplíe para que no sólo Saltillo, sino Coahuila construya más ciudades solidarias conforme al programa estatal de derechos humanos 2019-2023.