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Saltillo, la ciudad más emprendedora, dinámica e innovadora de México: Imco
Se le conoce por ser la tierra del sarape y del pan de pulque. Es un desierto rodeado de montañas donde, además de los huizaches y los cactus, no parece crecer nada. Pero cuando la noche cae en Saltillo, la visión nos dice otra cosa: la ciudad iluminada con miles de luces intensas nos habla de una economía dinámica, diversificada e innovadora.
Con bajos índices de inseguridad y crecimiento económico de 16.9% entre 2014 y 2016, Saltillo ya no se mira como un desierto, sino como una tierra fértil para emprender.
La capital de Coahuila lidera el ranking más reciente de las ciudades con mayor crecimiento de la actividad económica, realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), a partir de su metodología MAGDa (Medición de la Actividad Económica con Grandes Datos), la que registra la actividad industrial y petrolera de las ciudades, pero también es influenciada por los flujos de población, así como la emisión de luz y el uso de cajeros automáticos ligados a este movimiento de personas.
El análisis de estos datos, realizado en exclusiva por el Imco para Entrepreneur en Español, destaca que una ciudad que aparentemente no ofrece mayores facilidades u oportunidades para emprender derivado del avance industrial, puede registrar un crecimiento importante por el simple hecho de ser receptora de flujos poblacionales provenientes de zonas menos urbanizadas. Y aquí se detectan oportunidades claras para abrir nuevos negocios.
Las 20 ciudades para emprender
Las 10 ciudades de más de 500,000 habitantes con mayor crecimiento se concentran en el norte y centro del país: Saltillo, Monterrey, Tijuana, Durango y el puerto de Tampico.
Las tres primeras son ciudades con alta actividad industrial, mientras Tampico concentra actividad comercial derivada de su industria portuaria y la capital de Durango absorbe la mayor parte de la actividad fabril del estado, en auge los últimos años.
En la zona centro encontramos ciudades como Aguascalientes, con una importante industria automotriz, al igual que la zona de Puebla y Tlaxcala, donde recientemente han abierto armadoras de vehículos. Poza Rica, principal núcleo urbano del norte de Veracruz, también se encuentra en este listado, en que Mérida está al final, pero es la única ciudad del sur del país incluida.
Todas las ciudades de esta primera lista no solo mostraron un crecimiento importante, sino también que su actividad económica es más estable. Esto significa que, además de ofrecer oportunidades para emprender, ofrecen mayor estabilidad que otras cuya economía es más pequeña y, por ende, mucho más volátil.
Las ciudades de menos de 500,000 habitantes que tuvieron un crecimiento destacado, tienden a ser más volátiles en su crecimiento debido a su población y nivel de actividad económica.
Aunque presentan oportunidades para emprender, también tienen un mayor riesgo cuando alguien abre una empresa ligado a esa volatilidad.
En ambas tablas destaca la presencia de ciudades que se encuentran en el estado de Veracruz, como Poza Rica, que presentó crecimiento de 10.4%, y Córdoba, que fue la que tuvo un porcentaje mayor de crecimiento (33.9%). El contexto político y social de estas ciudades sugiere un entorno poco propicio para el crecimiento económico. Sin embargo, su presencia en el listado puede deberse a que son receptoras naturales de población que habita en zonas aledañas, que se desplazan al centro urbano más cercano, tal vez por el desgaste de las condiciones de seguridad pública.
Poza Rica es el principal centro urbano del norte del estado, mientras que la región de Córdoba-Orizaba se encuentra también relativamente aislada entre la zona montañosa de las cumbres de Maltrata y el puerto de Veracruz, a más de 100 kilómetros de distancia.
Estos son factores importantes a tomar en cuenta, con la finalidad de intentar aislar los efectos que nos permitan detectar con precisión las ciudades que ofrecen mayores oportunidades para los emprendedores del país.
De acuerdo con la metodología MAGDa, entre las ciudades de más de 500,000 habitantes que mostraron un crecimiento importante para el periodo 2014-2016 se encuentran Aguascalientes, Durango, Mérida, Monterrey, Saltillo y Tijuana.
En conjunto, estas ciudades presentaron una tasa promedio de crecimiento acumulada de 11.7%. Sin embargo, las razones que explican su crecimiento son distintas. De ahí la importancia de dividirlas en dos grupos: el primero, al que llamaremos “ciudades clásicas”, que está compuesto por Monterrey, Saltillo y Aguascalientes, y el segundo, al que denominaremos “nuevos jugadores”, que incluye a Durango, Mérida y Tijuana.
Las clásicas
Decimos que Monterrey, Saltillo y Aguascalientes son ciudades clásicas porque la magnitud y estabilidad de sus economías las posicionan como un referente de buenas prácticas en términos de competitividad urbana, al menos desde 2008.
Las ciudades clásicas comparten varias características muy definidas que explican la razón de su éxito. En primer lugar, son economías diversificadas, es decir, son lugares donde sus habitantes tienen acceso a una mayor oferta de bienes y servicios no solo para satisfacer las distintas necesidades que pudieran tener, sino para crear y disfrutar de entornos productivos más complejos.
En segundo lugar, se trata de economías que generan la mayor parte de su Producto Interno Bruto (PIB) en sectores que durante los últimos 20 años han crecido a una tasa superior a la del crecimiento nacional. Además, tienen una industria concentrada en sectores de innovación, que generan alto valor agregado y que reciben importantes flujos de inversión extranjera directa.
En términos de su mercado laboral, estas ciudades ofrecen condiciones más competitivas, pues los trabajos están concentrados en empresas grandes y dentro del sector formal. Esta situación deriva en mejores salarios y acceso a servicios de salud, aspectos que son claves para garantizar un mejor nivel de vida tanto para los trabajadores como para sus familias.
Los nuevos jugadores
Mérida, Durango y Tijuana son ciudades que no forman parte del referente de ciudad económicamente exitosa o dinámica. Sin embargo, las tasas de crecimiento acumulado que presentaron de 2014 a 2016 fueron de 16%, 12% y 8%, respectivamente.
Los nuevos jugadores se colocan en el mapa debido a que también tienen economías diversificadas y sectores productivos concentrados en sectores de alto crecimiento. Hay otro factor a favor: son ciudades ubicadas en estados con percepciones de seguridad por arriba del promedio nacional. Esta premisa es válida incluso para Tijuana.
Además de estas características compartidas, cada uno de los nuevos jugadores presenta condiciones especificas que los vuelven un polo económico relevante:
Durango. Esta ciudad capital se tarda menos que el promedio nacional en garantizar la ejecución de contratos. Atrae población que en una importante proporción es calificada y, por ende, puede contribuir de manera importante en el mercado laboral. Casi el 25% de los migrantes de 25 años o más que llegan aquí cuentan con educación superior. En los últimos años ha presentado un importante crecimiento no sólo agropecuario, sino industrial.
Mérida. Es una ciudad exitosa, en primer lugar, por los altos niveles de seguridad que ofrece a su población. Las bajas tasas de robo de vehículos y de homicidios, así como la calidad de vida relacionada con vivir en un entorno pacífico, explican parte del flujo poblacional. En términos de ambiente de negocios, la ciudad abre con relativa rapidez empresas y hace un uso más eficiente de la energía eléctrica en su sector productivo, concentrado en sectores considerados de innovación. Por último, y al igual que Durango, una cuarta parte de los migrantes de 25 años o más que llegan a su territorio cuentan con educación superior.
Tijuana. Resalta por tener una alta proporción de sus empleados ocupados en el sector formal y, por ende, un gran porcentaje de la población económicamente activa (PEA) cuenta con acceso a instituciones de salud, lo que contribuye a que tengan una mayor calidad de vida. Los bajos costos de la electricidad, aprovechados por la industria, contribuye a su crecimiento y a la atraccio?n de inversión extranjera directa.
Brillantes desde el cielo
El éxito de las ciudades no es producto del azar. Todas éstas han tenido gobiernos y ciudadanos proclives a hacer lo necesario para que su comunidad sea exitosa. Las políticas que se implementen hoy marcarán su destino en los próximos 50 años.
En la presentación de la primera medición de MAGDa, en 2017, el Imco habló de Aguascalientes, cuyo cambio lumínico (y de valor de producción) se debió, en gran parte, a la fabrica de Nissan que se instaló en la capital del estado.
En el caso del estado de Puebla, la planta de Audi, que construyen en el municipio de San José Chiapa podría estar teniendo el efecto de generar derrama económica tanto en la Angelópolis, como en Tlaxcala capital o incluso en la relativamente lejana Tehuacán. El cambio lumínico de este municipio, comparado con las fotos satelitales de años anteriores, es notable.
No es posible que en cada ciudad mexicana haya una planta armadora de vehículos de esas características. Quizás llegará el momento en que ese mercado se sature o que su naturaleza cambie debido a cuestiones fuera del control de los presidentes municipales, los cabildos y la comunidad de negocios de las ciudades mexicanas, como las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) o las políticas de Donald Trump respecto a la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Quizás lo importante es que cada ciudad encontró una ventaja comparativa con base en analizar muy bien sus recursos, fortalezas y localización, y a partir de ahí realizó esfuerzos de cooperación y facilitación de negocios para maximizar el valor en el mercado de esos activos comunes.
Es muy esperanzador ver en la lista a ciudades como Durango, pues históricamente ha sido un lugar pobre en medio de estados prósperos por su relación con Estados Unidos. En los factores de éxito que encontramos que podrían explicar su crecimiento están un boom reciente de la actividad agrícola y variables de Estado de derecho, como menor tiempo para la ejecución de contratos mercantiles. También vale la pena mencionar que esta ciudad tiene un número elevado de migrantes con conocimientos y habilidades para crear empresas.
Tijuana es otro de los lugares que son la esperanza de un México con crecimiento más incluyente y ligado a la economía global. Es una ciudad a la que llega mucho migrante que sólo quiere irse a Estados Unidos, pero hay quienes se quedan y trabajan en el sector formal de la ciudad. El área metropolitana extendida de Tijuana-San Diego es una de las pocas ciudades binacionales del planeta que permite un entorno urbano con las ventajas de México y de Estados Unidos.
Hay otras cuestiones que vale la pena analizar en esta lista. Por ejemplo, históricamente algunas de las ciudades de alto crecimiento (Manzanillo, Tampico, Durango) han tenido estadísticas de percepción de crimen elevadas. Quizás tendríamos que hacer mediciones mucho más frecuentes y oportunas de variables de crimen depredatorio, en especial homicidios y secuestros, y correlacionarlas con estos índices de crecimiento.
Una hipótesis es que el crimen crece como un efecto secundario del crecimiento de estas ciudades, pues los delincuentes están donde está el dinero. En algunos casos, el crimen puede acabar por asfixiar el avance de las ciudades, como ocurrió en marzo pasado en Guerrero, pues Coca-Cola decidió cerrar su planta en Ciudad Altamirano y donde Acapulco decreció 4.1% debido a la crisis de inseguridad que vive (en 2014 se reportaron 69 homicidios por cada 100,000 habitantes y solo 10.7% de la población afirmó sentirse segura).
Hay un área de oportunidad para el Estado mexicano para detener el crimen predatorio, pero en el corto plazo los efectos en el crecimiento parecieran ser inciertos.
Otro tema importante es que la escala de la ciudad importa. Por eso, ciudades con crecimientos lentos, como la Ciudad de México, siguen siendo una apuesta segura para los negocios. Al final, el mercado es enorme, y si el negocio no funciona bien, siempre hay más posibilidades de reconversión o liquidación de los activos que en ciudades más pequeñas.
Las instituciones (servicios de salud, educación, seguridad pública, entre otras) funcionan mejor en una ciudad grande. Una ciudad con menos población es una apuesta de mayor riesgo, dado que su actividad económica está menos diversificada, y también es más volátil.
Por eso hay que advertir que el alto crecimiento del año en curso puede traducirse en recesiones prolongadas en dos o tres años. Una ciudad pequeña, con cercanía a otras ciudades de escala similar o a una ciudad grande, puede ser una apuesta inteligente.
Elegir una ciudad para emigrar a ella o establecer tu empresa es una decisión delicada e importante, que no debe tomarse a la ligera. Muchas de las variables urbanas que revisamos los analistas de política pública pueden ser irrelevantes para tu emprendimiento. Lo importante es que al tomar esta decisión no sea impulsiva y que consideres muchas variables del entorno para no cometer errores.
“No somos de donde nacemos, sino de donde la hacemos”, dice un conocido refrán. Hay muchos lugares de México para hacerla, donde hay niveles de crecimiento similares a los de países asiáticos, a doble dígito. No es tan difícil encontrarlos: ¡desde el espacio se ve cómo brillan!
Con información de IMCO