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Rosita no me desaires, la historia detrás del corrido
Edición / Nazul Aramayo
Si Saltillo fuera una canción sería un corrido. Y si fuera un personaje, sería Rosita Alvírez. Saltillo es una canción que suena en carnes asadas, reuniones, cantinas, bailes o en las historias que nos cuentan los abuelos.
Saltillo es el escenario de una tragedia en uno de los corridos más famosos de México.
Rosita Alvírez, cuenta la canción, murió en un baile.
¿De verdad murió? Quiero creer que una leyenda no puede desaparecer mientras la música suene. Es como si el fantasma de Rosita siguiera bailando, bella, joven y coqueta.
Cuando escuchas un corrido que menciona a tu ciudad, te preguntas si de verdad ocurrió, si el fantasma de Rosita vaga por alguna de las calles o casas o en una de las zapaterías que han aparecido en los edificios históricos.
‘En un barrio de Saltillo’
“Año de 1900 muy presente tengo yo…” Saltillo era una ciudad emprendedora con casi 30 mil habitantes. Los periódicos cubrían festejos sociales y de entretenimiento; los crímenes eran poco ventilados.
Pero el asesinato de una bella joven de 24 años (según los personajes de las películas) en un baile, de tres balazos por un pretendiente llamado Hipólito, puede conmover el corazón de cualquier ciudad.
De acuerdo con el corrido, de autor desconocido pero popularizado por Eulalio Gutiérrez “El Piporro”, Rosita Alvírez era una joven, “la más bonita”, a quien le gustaban los bailes. Su mamá le prohibió ir a uno. “El Piporro” canta que no se sabe si fue en Ramos Arizpe, Allende o Múzquiz pero finalmente la tragedia toma como escenario “un barrio de Saltillo”.
Según Turismo Saltillo, Rosita murió en el Águila de Oro, un barrio muy cerca de la escuela Coahuila.
Existen versiones que incluso trasladan la anécdota de Rosita a ciudades de Chihuahua, Zacatecas, Colima. El nombre se ha vuelto tan famoso que ha trascendido las fronteras de Coahuila. En Nezahualcóyotl, en Iztacalco y en Manzanillo hay calles que se llaman Rosita Alvírez. También hay bailes folklóricos de primarias que llevan ese nombre. En Ciudad de México hay una taquería en su honor.
Entre más busco a Rosita, más desaparece o se multiplica como si de verdad se tratara de un ente sobrenatural.
‘Esta noche no sales al baile’
Álvaro Canales, historiador de Saltillo, tiene su propia versión acerca de Rosita. Durante poco más de 30 años, ha investigado sobre los corridos de la región. Álvaro llegó a una conclusión que a muchos les causa conflicto o les rompe el corazón.
Comenzó a investigar con la esperanza de dar con los registros oficiales de Rosita.
Se adentró en los archivos del registro civil de Saltillo, buscó el nombre de Rosa Alvírez o Rosa María Alvírez entre 1880 y 1920. No encontró nada.
“Busqué archivos de la muerte en el registro civil todas las defunciones, también busqué en los registros de la Iglesia en las defunciones, al igual que en el archivo judicial y seguí sin encontrar nada”, dice Álvaro Canales.
Sin cuerpo no hay delito, dicen en las series policiacas. Sin cuerpo, sí hay corrido.
‘Rosita , no me desaires’
En 1883, 17 años antes de la muerte de Rosita Alvírez, se publicó en el Diario oficial de Coahuila un crimen parecido al de Rosita. Incluso el asesino lleva el nombre de Hipólito.
La historia se canta en el corrido zacatecano “Mañanas de Belén Galindo”. Trata de una joven de 18 años que está casada con Hipólito Mendoza, un señor casi 20 años mayor que ella, quien se casó con la joven al segundo día de que murió su esposa. En el corrido, la mamá de Hipólito inventa que Belén tiene otros amores y que además recibe dinero de Marcos Rosales.
Hipólito, al escuchar los chismes en boca de su madre, no duda en castigar a Belén: la mata con tres heridas.
El nombre no es la única coincidencia. Si bien el crimen no ocurrió en un baile, sino en el cuarto de su casa, los versos que describen las muertes de las dos jóvenes son muy parecidos: De Rosita se dice: “La noche que la mataron / Rosita estaba de suerte: / de tres tiros que le dieron / nomás uno era de muerte”.
De Belén: “Ese día que la mataron / Belén estaba de suerte: / de tres heridas que le dieron / nomás una era de muerte”.
Al final, los corridos llevan un tono religioso: “Rosita ya está en el cielo dándole cuentas al creador / Hipólito está en la cárcel dando su declaración” y “Ya Belén está tendida mañana irá al panteón / Hipólito en el juzgado haciendo su declaración”.
¿Sería el mismo Hipólito el que asesina a Rosita y a Belén? El nombre podría sugerirlo pero los años entre ambas historias hace imposible esa hipótesis. Si hubiera huído de Zacatecas, Hipólito tendría 54 años cuando mató a Rosita. El corrido, sin embargo, habla de un joven jornalero de más o menos la misma edad de la víctima.
‘No te olvides de mi nombre’
En una versión del corrido de Rosita Alvírez, que canta Antonio Aguilar, se narra que “Rosita le dijo a Irene / No te olvides de mi nombre / cuando vayas a los bailes / no desprecies a los hombres”.
Curiosamente, en el corrido de Belén Gailndo, la joven esposa que vivía en un entorno más cómodo y de costumbres tradicionales dice: “Belén le dijo a su criada: No te olvides de mi nombre cuando contraigas estado separa suegra del hombre”.
Antes se creía que las personas que están el borde de la muerte pueden ver algo del futuro. ¿Los jóvenes expresan una moraleja, una profecía, una creencia de la época, un manual para tratar a los hombres? Es polémico si lo queremos ver así. De cualquier manera es un producto cultural de su época que nos permite ver el espíritu de ese momento. Como sentencia el corrido “La tragedia de Rosita”: “la tragedia es compañía de las mujeres hermosas”.
‘Dando su declaración’
Rosita Alvírez pudo haberse llamado de otra manera. Lo importante es que la tragedia pudo haberle pasado a cualquier joven de Saltillo.
Han pasado más de 100 años y la historia del corrido parece vigente. Es como si Rosita no hubiera muerto y por eso es imposible encontrarla. No hay cuerpo pero sí hay corrido. Hay un fantasma que baila en la memoria de los saltillenses.
Como las leyenda: un hecho que pudo haber ocurrido se transforma y se nutre de lo que la gente cuenta, se adapta a la ciudad, cobra vida gracias a las personas que lo platican y le cambian nombres, escenarios, fechas; así como “La llorona” o “El niño fantasma”.
El corazón de Saltillo es un patrimonio intangible como Rosita que se pasea por el Águila de Oro o por cualquier cantina o reunión o plaza donde suene su corrido.
AUTOR ANÓNIMO
Se desconoce el autor original del corrido. Una de las versiones más famosas es la que interpreta Eulalio Gutiérrez “El Piporro”, que utiliza el humor para narrar partes que reflejan el contexto de la familia de Rosita Alvírez (como el papá holgazán), la personalidad de Hipólito (de quien dice es jornalero y violento, y que al final pide cigarros para pasar sus días en la cárcel). Otra versión, que canta Antonio Aguilar, aumenta la tensión del relato al meter al personaje de la amiga Irene que escucha las últimas palabras de Rosita.
BAILE Y TRAGEDIA
El baile es gozo. Y seducción. Cuentan los abuelos que el diablo se aparece en los bailes.
Quizá lo digan porque en estas fiestas es común que despierten los celos y los viejos rencores. No sólo Rosita Alvírez ha muerto en un festejo así. También hay otros corridos famosos como “Las tres tumbas”, “El corrido de Simón Blanco”, “Lucio Vázquez” y “La venganza de María” que, en diferentes circunstancias, toman como escenario un baile popular.
EN EL CINE
Existen cuatro películas que narran la historia de Rosita. “Aquella Rosita Alvírez” (dirigida por René Cardona, 1965), “Rosita Alvírez: un destino sangriento” (dirigida por Gilberto Martínez Solares, 1982), “Yo maté a Rosita Alvírez” (dirigida por Raúl de Anda, 1947) y “Yo fui novio de Rosita Alvírez” (dirigida por Zacarías Gómez Urquiza, 1954).
Cada una con variaciones importantes respecto del corrido, aunque coinciden en presentar a Rosita como una joven hermosa y coqueta.
ÁGUILA DE ORO
Autoridades locales sitúan a la tragedia en el barrio Águila de oro. La tradición oral; sin embargo, no menciona un sitio en específico. “El Piporro”, al empezar la canción, dice que no sabe si ocurrió en Allende, Ramos Arizpe o Múzquiz.
Otras fuentes ubican a la tragedia en diferentes ciudades.
Lo cierto es que el alma de Rosita Alvírez forma parte de la imaginación y el corazón de los saltillenses.