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Sale mañana de prisión Arnaldo Otegi
Madrid.- Arnaldo Otegi, el líder más carismático de la izquierda independentista vasca, saldrá el martes en libertad después de permanecer recluido seis años y media en la cárcel de Logroño, donde cumplió una condena por un supuesto delito de pertenencia a organización terrorista. El dirigente político, de 57 años, se convertirá a partir de ahora en una voz imprescindible en la región de cara la pacificación definitiva del histórico conflicto y en la lucha de un proyecto político de secesión del Estado español y de la construcción de un nuevo Estado vasco, que reconozca las siete provincias.
Otegi fue detenido en octubre de 2009 acusado de intentar reconstruir el “aparato político” de la ilegalizada coalición Batasuna, que por ser considerada el brazo político de ETA fue proscrita en aplicación de la Ley General de Partidos Políticos. Era una época de mucha tensión en el País Vasco, sobre todo a raíz de la ruptura de la tregua por parte de ETA que derivó en el fracaso del proceso de paz que se inició con el gobierno de entonces, del socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
Otegi luchó para que la izquierda abertzale (nacionalista) tanto sus organizaciones políticas, sociales y sindicales rechazaran con nitidez y sin ambages el uso de la violencia con fines políticos, lo que permitió años después uno de los grandes hitos de los últimos tiempos en la región: la declaración por parte de ETA del “cese definitivo” de la lucha armada.
A pesar de que Otegi fue uno de los principales responsables, incluso desde prisión, de que la izquierda independentista vasca se desvinculara de la violencia y con ello obligó a la propia ETA a ceder en su apuesta por la persistencia de la lucha armada, la maquinaria de la justicia y la policía españolas continuaron con el proceso en su contra. Junto a él fueron condenados cinco personas más, en una primera sentencia dictada por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, que le impuso diez años de cárcel.
Los abogados de Otegi presentaron un recurso ante el Tribunal Supremo, que le redujo la pena a seis años y medio. Con su liberación este martes se pone fin a uno de los encarcelamientos más polémicos de los últimos años en España y que ha despertado el interés de diversas personalidades e instituciones del mundo, entre ellos varios premios Nobel, como Adolfo Pérez Esquivel y Desmondo Tutu, entre otros.
Ahora, con su liberación, se abre un nuevo escenario tanto para Otegi como para la organización de que la ha sido secretario general desde prisión, el partido político Sortu, que hoy está presente en numerosas instituciones del País Vasco y que tiene amplia representación en la región.
De hecho, a las puertas de la prisión el dirigente vasco dará un primer mensaje a sus simpatizantes y familiares, antes de viajar a su pueblo natal Elgóibar, donde le esperan una serie de homenajes que tendrán como colofón un acto multitudinario el próximo sábado en el velódromo de Anoeta, en San Sebastián.
Sus detractores, sobre todo las organizaciones más radicales de víctimas de la violencia etarra, se oponen frontalmente a estos actos y solicitaron a la Audiencia Nacional que se ilegalizaran los homenajes. El juez Eloy Velasco rechazó la petición y decretó que es legal este tipo de actos, basados en el “derecho fundamental como es el de reunión y manifestación”, si bien ordenó a la policía que vigile los actos para asegurar que no se cometan delitos de enaltecimiento del terrorismo.
El magistrado destacó que los informes policiales apuntan a que los tres actos son convocatorias “plurales de diversos ámbitos” y que nadie ha manifestado su intención de convertirlos en actos que ensalcen o recuerden a actividades terrorista o miembros de ETA.
A lo largo de estos años, y a pesar de su reclusión carcelaria, Otegi siempre ha pugnado por una salida política del conflicto y por desarrollar un proyecto político de cariz independentista y socialista que luche por los derechos de los más desfavorecidos y por la construcción de un Estado vasco independiente y “libre”.