Salarios y precios competitivos

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Salarios y precios competitivos

A más de 30 años del cambio de modelo económico en el mundo y de la expansión progresiva del capital a nivel mundial, sin barreras ni restricciones, la competencia en el capitalismo actual impone condiciones de contratación laboral para ofrecer mercancías con precios competitivos que se obtienen al reducir costos principalmente en mano de obra. Dichas condiciones son ineludibles si se desea 1°, permanecer en el mercado y 2°, obtener la acumulación esperada dada la inversión de capital.

Por lo anterior, no extrañe que a nivel mundial, inclusive en las regiones de más ingreso retribución, los salarios tienden a reducirse de manera absoluta y proporcional, en este asunto México no es la excepción. 

Según la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (Amedirh.  Vanguardia 14-04-16) en nuestro país se presenta un estancamiento en las percepciones salariales ya que en este año, son menores a las de 2015, inclusive en el rubro de prestaciones; esta organización refiere datos de la STyPS donde se informa que este año, los ajustes al salario son del 4.2% promedio, mientras que en 2015, fueron de 4.35% promedio, lo cual es un estancamiento que las autoridades justifican con la reducida inflación poco por encima del 2% anual.  Aunque hay algunos sectores –como el automotriz- en los que se negociaron ajustes por encima del promedio señalado.

Según el Gobierno Federal y la Amedith, las reformas estructurales –sobre todo la Energética- traerían como consecuencia empleos de calidad y bien remunerados, sin embargo, y aparte de los precios reducidos del petróleo, en esa actividad económica también hay competencia, es decir que México deberá ofrecer un entorno favorable para dicha inversión geoestratégica: primero Pemex totalmente saneada y sin fuertes cargas financieras para asociarse con la IP nacional y extranjera; y no menos importante, salarios reducidos para que la acumulación sea atractiva en toda la cadena petrolera y de electricidad. Las reformas “de gran calado” no incrementarán el nivel salarial, sino al contrario.

Precisamente, la reforma laboral en los últimos días del sexenio de Felipe Calderón fue una condición con carácter preferente (urgente) para la reforma Energética que hoy ya opera, es decir que los salarios a la baja son un atractivo para la inversión energética, para precios competitivos y obtener las más ganancias posibles.

A tres años de reforma Laboral (2013-2015) se ha incrementado la eventualidad en más del 9%; asimismo, el número de personas que obtienen de 1 a 2 salarios mínimos (s.m.) tiene una tasa de crecimiento promedio de 3.64, mientras dicha tasa de crecimiento de las personas que obtienen de más de 2 a 3 s.m. es de -0.44, la de quienes obtienen de más de 3 hasta 5 s.m. sólo ha crecido en 0.25.  

Esto confirma los datos de la STyPS y las afirmaciones de la Amedith. 

La situación de Coahuila es más favorable, ya que de 2012 a 2014, la tasa de crecimiento promedio de personas con más de 2 hasta 3 s.m. es de 5.86, mientras que de 3 a 5 s.m. es sólo de 1.38 y de más de 5 s.m. es negativa con -0.76; sin embargo, la tasa de desempleo en la Entidad es de 5.2% y se mantiene por encima de la media nacional que es de 4.2%, esto puede presentarse por inmigración laboral o porque la innovación tecnológica desplaza mano de obra.

Si bien los reducidos precios internacionales de materias primas influyen para que la inflación se mantenga alrededor del 2%, un componente de esta variable es la reducción de la demanda interna por la reducción salarial y del nivel de ingreso agregado. Así, en términos generales, para los trabajadores se agudizará la situación.