Los sacerdotes que se enteren de la existencia de abusos sexuales a menores por medio de la confesión deberían ser perseguidos si no informan a la Policía, señala un informe de una comisión de investigación australiana.

La Royal Commission into Institutional Responses to Child Sexual Abuse (Real Comisión de Respuesta Institucional a los Abusos Sexuales a Menores) propone 85 modificaciones a la ley para proteger a los niños, en un reporte publicado hoy.

No debería haber "ninguna excusa, protección o privilegio" para los sacerdotes que se enteren de la existencia de abusos sexuales en el confesionario, señala el texto.

"Tenemos evidencia de que los abusadores que confesaron haber atacado sexualmente a niños reincidieron y volvieron a buscar el perdón", señala la comisión, que añade que en el curso de sus investigaciones se topó con muchos casos en los que los abusos habían sido revelados en confesión, ya sea por las víctimas o los perpetradores.

Por otra parte, "nos satisface que la confesión sea un espacio en el que los niños católicos puedan revelar los abusos sexuales y en el que los clérigos revelen su comportamiento abusivo para tratar de cargar con su culpa", señala el informe.

Durante tres años, la Royal Commission ha estado analizando la forma en que instituciones como iglesias, escuelas, autoridades gubernamentales, orfanatos y clubs deportivos han respondido ante las denuncias de abusos a menores y en el curso de sus investigaciones mostró el nivel de estos abusos y el encubrimiento por parte de la Iglesia y las autoridades.

En febrero, la comisión señaló que un siete por ciento de los sacerdotes católicos de Australia habían sido acusados de crímenes sexuales a menores entre 1950 y 2009.

La Royal Commission es la máxima instancia de investigación en Australia y publicará su informe final el 15 de diciembre.