Sábado de equinoccio de primavera

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Sábado de equinoccio de primavera

A las 3:47 hora de México. Este sábado 20 de 2021. En la madrugada sucedió.

Se despide el invierno y llega la primavera. Empieza la nueva estación. Hay gente que se va a las regiones arqueológicas para visitar las pirámides. Dicen que cargan energías (vitamina D desde luego).

La imaginación asocia, sol reluciente con florescencias policromadas hermosas, viento tibio, frondas resucitadas en los árboles, canto de pájaros y vuelo caprichoso de mariposas.

Acá en el norte de hombres fuertes, tierra fértil y clima benigno, se da el contraste de niebla de mayo. La gente de Arteaga anhelará la “agüita de mayo”. La hubieran querido adelantada, en este marzo del incendio, que inflamó pinares y cabañas.

Hay años en que, en estos meses, se dan los días de todas las estaciones, inviernito frío, vientos primaverales, otoño en atardecer y noches veraniegas en que sobran las cobijas. Todo en veinticuatro horas de suéter en cajuela.

ALTA CANASTA Y SALARIOS BAJOS

Se escuchan quejas. Se presentan protestas y reclamaciones. Se quiere mejor remuneración para el trabajo. Los salarios se quedaron rezagados en una carrera en que el capital los corretea ¡por detrás!, porque ya dio vuelta completa.

Contempla el trabajo una canasta que se subió al elevador y no la alcanza el portamoneda de escasas monedas.

Quizá es necesidad mundial que se revisen los contratos salariales y se les incluya rasgos del contrato de sociedad. Surge de nuevo el empuje hacia un régimen ya no salarial sino, claro, con participación de utilidades pero con intención de un accionariado obrero, de una copropiedad y hasta de cogestión, que, en regiones audaces, ya ha tenido asombrosas muestras piloto, con una gran elevación humana del trabajador.

Son salpicaduras en el mapamundi, de un diseño futuro para una economía –ya no clasista– sino integrada en común unión y digna reciprocidad.

TENTACIÓN DE CONFLICTO

Un síntoma es el lenguaje. Los adjetivos, las tipificaciones. Con sus variantes virales de insulto, injuria, agravio, ultraje, provocación, insolencia, afrenta, escarnio, befa, desfachatez, denuesto, vilipendio, invectiva y dicterio y hasta los resonantes vocablos que, por acá, dicen que inventaron los misioneros para evitar la blasfemia que contagiaban los invasores –aguerridos y maldicientes– a los pueblos originarios.

Se dan también misiles verbales transatlánticos, como llamar “asesino” un gobernante de la Casa Blanca a otro del Kremlin. Este dio buena respuesta deseando salud y proponiendo conversación pública en redes, a la vista de todos.

En clima efervescente de presufragio se notan similares verborreas de temporada: mediáticas, políticas, económicas, jurídicas, genéricas, cartonistas. Hasta en la intimidad familiar, desperdiciaron algunas parejas  el valioso confinamiento con atropellos recíprocos, con amenazas incomunicaciones y maltratos

Violencia en las pantallas de cine, de tele, de tableta, de celular en imagen, sonido y texto hace del conflicto un “yoísmo” exagerado que olvida el “nosotros”.

QUEMAZÓN E INCENDIO

La quemazón se dio arriba y el incendio abajo. Las llamas estaban en la sierra pero el fuego se ha visto en el corazón solidario de las ciudades y del pueblo mágico. Saltillo, Ramos y Arteaga han atendido con generosidad las necesidades de rescatistas y damnificados.

Se ha dado una corriente de donativos en efectivo y en especie y hubo quienes movilizaron sus vehículos para hacer llegar lo que habían colectado en su ámbito laboral, de amistad y de parentesco.

Los centros de apoyo han estado recibiendo y enviando todo lo que pueda aliviar a quienes están en primera línea de servicio y quienes perdieron posesiones y fueron desalojados para defender sus vidas... El incendio está siendo mayor que la quemazón…