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Rusia usa el petróleo como estrategia diplomática
Esta estrategia, pone en riesgo a Rusia, pues presta dinero y hace acuerdos en economías turbulentas y climas políticos inestables. Esta misma semana la política rusa enfrenta una prueba crucial en Venezuela, que debe conseguir para el viernes unos 1000 millones de dólares para no atrasarse con el pago de su deuda.
Moscú ha extendido varios préstamos a Caracas y hecho acuerdos centrados en el negocio venezolano del petróleo, con cantidades de dinero que pueden hacer la diferencia entre el colapso y supervivencia del gobierno del país sudamericano. A cambio, Moscú obtiene una ventaja estratégica en una zona cercana a Washington.
Moscú, por medio de Rosneft, el gigante petrolero del Estado, está intentando extender su influencia a lugares en los que ha tropezado Estados Unidos o donde es posible disputarse ese espacio como aliado. La necesidad también está detrás de la estrategia, ya que las sanciones que le han impuesto Estados Unidos y Europa han orillado a Rosneft a buscar nuevos socios y nuevas inversiones en otras partes del mundo.
Rosneft está “intentando crear oportunidades que puedan tener un enorme valor en términos geopolíticos”, afirmó Amy Myers Jaffe, experta en seguridad energética del Consejo de Relaciones Exteriores estadounidense. “En verdad le darían una influencia increíble al gobierno ruso en cuestiones que son de importancia para Estados Unidos”.
Rusia está sustituyendo de manera eficaz a China como el principal banquero de Venezuela. Mientras estuvo en el poder el presidente fallecido Hugo Chávez, China le prestó miles de millones de dólares a su gobierno para diversos proyectos, los cuales se pagarían con petróleo. No obstante, China discretamente ha dejado de realizar tales préstamos y ha permitido que Rusia llene ese vacío.
El gobierno venezolano argumenta que tiene más de 9000 millones de dólares en reservas de divisas internacionales, aunque una gran parte de esa cantidad es oro que se debe enviar al extranjero para venderlo y obtener dinero, una transacción que puede tomar tiempo.
Este jueves vence el próximo gran pago de deuda —1200 millones de dólares— por un bono de PDVSA que está a punto de expirar. Al borde del incumplimiento, la empresa tuvo complicaciones para pagar la mayor parte —no todo— de un bono de 1000 millones de dólares que vence el viernes, mientras el país sigue debiendo 350 millones de dólares adicionales en pagos que expiraron este mes.
Y si Caracas cae en suspensión de pagos, Rusia y Rosneft terminarían con préstamos que sería muy difícil cobrar.
Moscú ha intentado replicar el modelo venezolano en otras partes, como en la región kurda de Irak.
Con información de The New York Times