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Rudolph Giuliani: de amigo a enemigo
Diez años después de que cobrara 450 millones de pesos a empresarios mexicanos para asesorar en seguridad a la Ciudad de México, Rudolph Giuliani, quien lucha por ser Secretario de Estado con Donald Trump, declaró:
“Hay una reducción del crimen. Ahora no veo a todos esos elementos de seguridad en los hoteles como se veían hace años. Antes la gente tenía miedo de venir o venía con seguridad privada”.
Giulliani era, en 2013, amigo de México. En 2003 había estado aquí y había cobrado por una asesoría que sigue siendo muy polémica. Fondos de Carlos Slim y otros empresarios ayudaron a pagar sus honorarios.
Ahora, el ex Alcalde de Nueva York juega del lado contrario: está con el multimillonario que ha llamado “violadores” y “asesinos” a los mexicanos, y que ha empezado –y todavía no es Presidente– por atacar los empleos que se generan aquí con empresas norteamericanas.
“La Ciudad de México es más linda, más limpia”, dijo Giuliani en una conferencia de hace tres años.
Jugaba con México, pues.
En septiembre pasado, después de que Trump visitara Los Pinos, el ex Alcalde fue parte del grupo cercano que se burló del Presidente Enrique Peña Nieto y de los mexicanos.
Horas después de la conferencia conjunta en la Residencia Oficial de la Ciudad de México, Giuliani y otros republicanos se colocaron cachuchas con la leyenda “Make México great again” mientras Trump ratificaba:
“México pagará por el muro”.
“De ser nombrado el nuevo Secretario de Estado de Estados Unidos –quien tendría que negociar el Tratado de Libre Comercio (TLCAN) y el muro propuesto por Donald Trump–, podría hallarse en una situación de conflicto de interés por supuestamente haber recibido millones de dólares de Andrés Manuel López Obrador, quien competirá en 2018 por la Presidencia de México”, dice hoy con The Washington Post.
El diario menciona que en 2002, al poco tiempo de que Giuliani dejara la Alcaldía, celebró un contrato de 4.3 millones de dólares por dar asesoría al gobierno y a la policía de la Ciudad de México, que entonces se encontraba bajo la administración de López Obrador.
El medio señala que dicho contrato fue el primer gran servicio internacional de consultoría para Giuliani y sus asociados, entre los que se incluía al ex comisionado de la policía de la ciudad de Nueva York, Bernard Kerik.
Giuliani habría trabajado directamente con el ahora líder del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y con Marcelo Ebrard Casaubón, entonces jefe de la policía capitalina, con la finalidad de reducir las tasas de criminalidad en la Ciudad de México tal y como Giuliani lo hizo en Nueva York.
En 2002, el político estadounidense recomendó al Gobierno capitalino políticas de “tolerancia cero” para delitos menores y la aplicación de la estrategia “ventanas rotas”, misma que consiste en prevenir el crimen y el vandalismo reparando los problemas cuando aún son pequeños, de modo que se establece un sentido de Ley y orden que, en teoría, reduce el número de los crímenes más graves.
Ahora que Giuliani está cerca de ser el Secretario de Estado bajo la administración de Trump, algunos críticos demandan tener más información acerca del contrato millonario que sostuvo con el gobierno capitalino.
De acuerdo con Diane E. Davis, en un trabajo para El Colegio de México, “la mayor parte de las versiones sugiere que la invitación original [a Giuliani] se dio a fines del otoño de 2001, casi 10 meses después de que López Obrador asumiera el cargo. Es difícil dar con la fecha exacta porque, antes que nada, no está del todo claro quién fue el responsable de contactar a Giuliani. Algunas informaciones sugieren que fue el jefe de gobierno López Obrador el que invitó a Giuliani a la Ciudad de México en octubre de 2001, después de los ataques a Washington y Nueva York que lanzaron a Giuliani al primer plano del escenario mundial”.
“Otros afirman que el primer contacto vino de Carlos Slim, el empresario más rico de México y uno de los hombres más ricos del mundo (propietario de Sanborns, Telmex y otras importantes compañías fundidas en un conglomerado de influencia mundial con muchas ramas de inversión), quién donó grandes sumas de dinero a la ciudad de Nueva York tras la destrucción del World Trade Center y que de hecho pagó la cuenta de 4.3 millones de dólares por la consulta. Otros más sugieren un esfuerzo conjunto de Slim y López Obrador”, dice Davis.
DUDAS SOBRE EL MILLONARIO CONTRATO
Sergio Aguayo, politólogo y académico del Colegio de México, dijo a The Washington Post que “la Ciudad de México desperdició el dinero”, y añadió, “si Giuliani llega a ser Secretario de Estado, por supuesto que examinaremos con detenimiento el contrato. ¿Por qué cobró y qué entregó?”, cuestionó el investigador en entrevista con The Washington Post.
La relación entre López Obrador, un político de izquierda populista, y Giuliani, político de derecha, desde un principio causó revuelo. De acuerdo con Aguayo, AMLO quería aprovecharse del poderío de Giuliani y Giuliani, a su vez, sólo quería recibir el millonario pago.
Según el medio estadounidense citado, muchos reportes indican que parte del pago del contrato fue solventado por el billonario Carlos Slim Helú, quien inclusive fue señalando, sin prueba alguna, por Donald Trump, quien lo acusó de conspirar con la campaña presidencial de Hillary Clinton.
Duncan Wood, director del Instituto de México en el Centro Wilson, dijo al Washington Post que es probable que López Obrador vuelva a contender por la presidencia en 2018 y lo haría en una plataforma anti-Trump.
“La opinión pública es que él es anti-Yankee, que él se pondría de pie contra los Estados Unidos, que en particular él se levantaría a una presidencia de Donald Trump”, dijo Wood. “Eso es porque es el más nacionalista de los candidatos proyectados, y habla mucho de defender los intereses de México para los mexicanos”.
Irónicamente, recuerda el diario, la elección de Trump puede reforzar las posibilidades de López Obrador porque hay una amplia oposición en México a las políticas propuestas por Trump, como hacer que México pague por un muro fronterizo, renegociar el TLCAN y castigar a los mexicanos que quieren enviar remesas a sus países.
“Si Trump ganara las elecciones estadounidenses, López Obrador tendría un día de campo”, escribió en junio el columnista de Miami Herald, Andrés Oppenheimer. “Los ardientes discursos de López Obrador contra la derrota de México de Trump reunirían a muchos mexicanos detrás de él”.
¿Se vería a Giuliani como un Secretario de Estado imparcial en México al ser López Obrador candidato a la presidencia en 2018? ¿Sus tratos financieros previos darían a Giuliani una participación en el resultado de las elecciones en México? ¿Su relación anterior con López Obrador colorearía su juicio al tratar con el gobierno mexicano en la agenda de Trump?, son las preguntas que según el diario estadounidense se cuestiona el equipo de transición del Presidente electo en EU.
“Estas son sólo una parte de una red de relaciones que los senadores examinarán si Giuliani llega a una audiencia de confirmarse como Secretario de Estado”, explica el diario.
Cuatro son los finalistas que tiene en cuenta el Presidente electo Donald Trump para encabezar el Departamento de Estado, uno de los puestos más poderosos y de mayor relieve del gabinete.
El vocero Jason Miller dijo hoy que la lista incluye al candidato republicano de 2012 Mitt Romney y al exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani. Otro funcionario de la transición dijo que también se estudia para el puesto al exdirector de la CIA, general David Petraeus, y al senador por Tennessee Bob Corker.
Se cree que la designación no es inminente.
Trump cenó a solas con Romney el martes por la noche, en su segundo encuentro. El presidente electo se reunió con Corker y Petraeus esta semana.
Se creía que Giuliani era el seguro designado para el puesto, pero trascendió las preguntas que surgieron acerca de sus vínculos empresarios internacionales y el hecho de haberse postulado de manera tan pública hicieron dudar a Trump.